¿Qué significa el cuidado?. Leonardo Boff


Tierra del Fuego

Tierra del Fuego (Photo credit: brent_buford)

¿Qué significa el cuidado?

2012-05-25

Las discusiones en torno al desarrollo sostenible, uno de los temas centrales de la Río +20, han secuestrado hoy día la categoría de la sostenibilidad. Ésta no puede reducirse al desarrollo realmente existente, que tiene una lógica contraria a la sostenibilidad. Mientras aquel se rige por la linealidad, por el crecimiento ilimitado que implica explotación de la naturaleza y creación de profundas desigualdades, la sostenibilidad es circular, envuelve a todos los seres en relaciones de interdependencia y de inclusión de suerte que todos pueden y deben convivir y co-evolucionar. Sostenible es la realidad que consigue mantenerse, reproducirse, conservarse a la altura de los desafíos del ambiente y estar siempre bien. Esto resulta del conjunto de relaciones de interdependencia que mantiene con todos los demás seres y con sus respectivos hábitats. La sostenibilidad funda un paradigma que debe realizarse en todos los ámbitos de lo real.

Para que la sostenibilidad ocurra realmente, especialmente cuando entra en juego el factor humano capaz de intervenir en los procesos naturales, no basta el funcionamiento mecánico de los procesos de interdependencia y de inclusión, es menester otra salida que se componga con la sostenibilidad: el cuidado. Éste funda también un nuevo paradigma.

En primer lugar, el cuidado es una constante cosmológica. Si las energías originarias y los elementos y los primeros elementos no estuviesen regidos por un cuidado solidario para que todo mantuviese su debida proporción, el universo no habría surgido y nosotros no estaremos aquí escribiendo sobre el cuidado. Nosotros mismos somos hijos e hijas del cuidado. Si nuestras madres no nos hubiesen acogido con infinito cuidado, no habríamos tenido cómo bajar de la cuna e ir a buscar nuestro alimento. El cuidado es la condición previa que permite que un ser venga a la existencia. Es el orientador anticipado de nuestras acciones para que sean constructivas y no destructivas.

En todo lo que hacemos entra el cuidado. Cuidamos lo que amamos. Amamos lo que cuidamos. Por los conocimientos que tenemos hoy en día sobre los peligros que pesan sobre la Tierra y la vida, sabemos que si no las cuidamos surge la amenaza de nuestra desaparición como especie, mientras que la Tierra, empobrecida, seguirá durante siglos su curso por el cosmos hasta que tal vez surja otro ser dotado de alta complejidad y cuidado, capaz de soportar el espíritu y la conciencia.

Resumimos en lo que sigue los distintos significados de cuidado construidos a partir de muchas fuentes que no cabe aquí referir, pero que vienen de la más remota antigüedad, de los griegos y los romanos, pasando por San Agustín y culminando en Martin Heidegger , que ven en el cuidado la esencia misma del ser humano, en el mundo, junto con los otros y orientado al futuro. Identificamos cuatro grandes sentidos que se implican mutuamente.

Primero: el cuidado es una actitud de relación amorosa, suave, amigable, armoniosa y protectora de la realidad, personal, social y ambiental.

Metafóricamente podemos decir que el cuidado es la mano abierta que se extiende para la caricia esencial, para el apretón de manos, dedos que se enlazan con otros dedos para formar una alianza de cooperación y unión de fuerzas. Es lo contrario a la mano cerrada y al puño cerrado para someter y dominar al otro.

Segundo: cuidado es todo tipo de preocupación, inquietud, desasosiego, malestar y hasta miedo por personas y realidades con las cuales estamos afectivamente implicados y que por eso nos son preciosas.

 Este tipo de cuidado nos acompaña en cada momento y en cada fase de nuestra vida. Es implicarse con las situaciones y las personas que nos son queridas. Ellas nos traen cuidados y nos hacen vivir el cuidado esencial.

Tercero: el cuidado es la vivencia de la relación entre la necesidad de ser cuidado y la voluntad y la predisposición a cuidar, creando un conjunto de apoyos y protecciones (holding) que hace posible esta relación indisociable a nivel personal, social y con todos los seres vivos.

 El cuidado-amoroso, el cuidado- preocupación y el cuidado-protección-apoyo son existenciales, es decir, datos objetivos de la estructura de nuestro ser en el tiempo, en el espacio y en la historia, como nos ha demostrado Winnicott. Son previos a cualquier otro acto y subyacen a todo lo que emprendemos. Por eso pertenecen a la esencia de lo humano.

Cuarto: cuidado-precaución y cuidado-prevención se refieren a aquellas actitudes y comportamientos que deben ser evitados por sus consecuencias dañinas previsibles (prevención) e imprevisibles, que son debidas a veces a la inseguridad de los datos científicos y a lo imprevisible de los efectos perjudiciales al sistema-vida y al sistema-Tierra (precaución).

 El cuidado-prevención y el cuidado-precaución nacen de nuestra misión de cuidadores de todo ser. Somos seres éticos y responsables de las consecuencias, es decir, nos damos cuenta de las consecuencias benéficas o perjudiciales de nuestros actos, actitudes y comportamientos.

Como se deduce, el cuidado está ligado a cuestiones vitales que pueden significar la destrucción de nuestro futuro o el mantenimiento de nuestra vida sobre este pequeño y bello planeta. Sólo viviendo radicalmente el cuidado garantizaremos la sostenibilidad necesaria a nuestra Casa Común y a nuestra vida.

Página de Boff en Koinonía

Leonardo Boff

MOSAICO, 17-V-012


Mexican writer Carlos Fuentes.

Mexican writer Carlos Fuentes. (Photo credit: Wikipedia)

Martínez Campos, 17/V/012

GUIA

MOSAICO

Silviano Martínez Campos

LA PIEDAD, 17 de Mayo.- «EL RÀPIDO BALÓN de la tormenta de monte en monte rebotar se oía». No sé por qué, este versito del poeta Machado (¿Antonio?) me capturò la atención y me hacìa recordar en mis nostalgias, las tormentas en mi región campirana (Ziquítaro, Penjamillo, Tirímacuaro, Epejan, Panindícuaro, Caurio, Purépero,Zinàparo y más, todos mi ombligo del mundo). Aquellas tormentas de los cuarenta, abundantes, oscuras, misteriosas, que anunciaban siempre un año favorable a los cultivos. Tormentas con balón, entiendo que con truenos y sus respectivos relàmpagos, rayos, que para mi todo era lo mismo. Los gritos de laTierra, he pensado, o más bien sentido. Con todo y rayos en àrboles, a veces animales y con pena lo digo, sobre personas como don Francisco, Serafín, Benja y sus hijos. A mi no me tocó un rayo directamente, je je, porque de ser así, esto lo estaría escribiendo desde ultratumba, sólo el que cayó a no muchos metros, en una parcela, por estos tiempos más o menos, en seco. Aquel repentino chasquido, que ni siquiera me dio tiempo de asustarme. Pero sí supe, años después, con pena, que a mi amigo Chame, compañero de correrías vaqueriles, le cayó un rayo mientras se rerfugiaba de la llovizna bajo un zapote. QUE YO SEPA, sólo Júpiter (más bien Zeus) en la mitología griega, lanzaba sus rayos a discreción al parecer contra sus dioses opositores. De Papá Diosito no creo ni tantito que lo haga. PERO ESO DE los rayos, por lo repentino e imprevisto, no deja de ser misterioso, aun cuando sepa uno que son de lo más natural del mundo. Y que le cáe un rayo al avión del nuevo presidente francés Francois Hollande, quien volaba para entrevistarse con su colega la canciller alemana Angela Merker. Pero lo que son las cosas del poder, que se regresa, cambia de avión en su tierra y a reanudar su viaje hacia Alemannia, que junto con Grecia, Italia y prácticamente toda Europa (y el mundo), somos

«víctimas» de una supertormenta, la crisis (juicio, desequilibrio, parteaguas, oportunidad de lo nuevo) planetaria. Una crisis planetaria, universal, pues, sin que por asomo pueda ser como lo sostienen los apocalípticos, fines de mundo ni nada parecido, si acaso fin de una era, de una época, de una vieja civilización, claro, con desenlace paulatino, poco a poco, en tiempo histórico, pues. y como decía mi amigo Cuco Molina, cuando quería enfatizar lo obvio, no nos hagamos los desentendidos (lo decía de manera más pintoresca), esto nos envuelve a todos. PUES SÍ, COMO antes, el día de san Isidro, el 15 hubo nublados por aquí, lloviznas ligerísimas, pero en regiones cercanas parece que hasta tormentas y con rayos, según se oía. Da gusto eso. Pero no da el saber que sigue la dura sequía en regiones norteñas de nuestro país. Ese mismo 15, dìa del maestro. honor a los grandes maestros de las letras como Carlos Fuentes a quien leí un poco, junto con un poco a los otros grandes, en los sesenta, setenta, antes de que los aconteceres me absorvieran, otras ondas me ocuparan y otros afanes me capturaran (para bien, creo). Pero honor también a todos los maestros que dejan huella, a lo largo de la vida. Quienes enseñan a buscar, quienes orientan. Y claro, a quienes informan. Aun cuando pensadores del ramo dicen que todos los seres humanos enseñamos y al enseñar aprendemos. Debe ser, porque aprendemos mucho, también, de los rayos que se lanzan unos a otros los políticos, sobre todo en tiempos de campaña. Pero vale más lanzarse rayos metafóricos, de con palabras, que rayos más realistas, los de balas. Y siempre, es preferible agarrarse hasta a mentadas, que a pedradas. AFORTUNADAMENTE, DURANTE LOS tiempos en que se diseñaban guerras de galaxias, a nadie se le ocurrió manejar rayos, aun cuando dicen que sí habìa pretensiones de manipular el clima (y la mente) con fines bélicos. Teorías de la conspiración aparte, no creo que ningùn ser humano ni grupo, sea capaz de como superhombre, dominar al mundo. aun cuando haya muchos riesgos de autodestrucción. Hay grupos que debaten todo, y las ideas tan moviditas, recorren todos los espectros de las ondas, como las que siguen: «¿Porqué evaluar las tecnologías?. La necesidad de evaluación de las tecnologías se reconoció hace 20 años en el plan de acción de Río sobre medio ambiente y desarrollo (Agenda 21, Capítulo 34). Se ha hecho muy poco desde 1992, y hoy es aún más necesaria porque:

  • • se ha acelerado el ritmo del desarrollo científico y tecnológico;
  • • se ha reducido la capacidad de los gobiernos para comprender y regular las tecnologías emergentes;
  • • la convergencia en campos de investigación científica ha multiplicado los impactos de las

tecnologías resultantes: por ejemplo, la convergencia de la informática, la nanotecnología, la

genómica y la biología sintética hace posible la creación de formas de vida diseñadas en laboratorio,

con implicaciones de muy largo alcance para el desarrollo sostenible;

  • • un número muy pequeño de grandes corporaciones controlan tanto las tecnologías como los

recursos y su poder ha aumentado mediante los regímenes de propiedad intelectual;

  • • cada vez en mayor medida, el mundo natural es visto como una reserva de frutos maduros para su

mercantilización y los nuevos instrumentos financieros y especulativos están minando la toma

democrática de decisiones».http://www.etcgroup.org/upload/ETC_Comment_ZeroDraft23Jan12_spanish.pdf). Con mis respetos para otras maneras de  pensar, acepto que todos podemos ser maestros de todos. Pero el Maestro, así con mayúscula, lo reservo solamente para una persona, el Mesías Jesus-Cristo, a quien, hablando de letras, entre los más de 70 títulos también se le da el de ser el A (Alfa) y la Z (Omega), el principio y el fin. Digo,con mis respetos a quien opte por otras veredas hacia la Montaña luminosa que nos espera. (www.lapiedadymiregion; http://www.ziquitaromipueblito.wordpress.com; http://www.silviano.wordpress.com).