EN LA RUTA DE EXPROPIAR EL SENTIDO DE LA INDEPENDENCIA Y DE LA REVOLUCIÓN, LOS NEOCIENTÍFICOS.
(EL PRESAGIO SOBERANO DE LOS SÍMBOLOS EN LA DANZA DE INDIOS DE MESILLAS)
Para las y los que aún resisten.
Fácil no lo es.
Subes la vieja escarpada y rugosa montaña a partir de las ruinas de la Hacienda Vieja, a un par de kilómetros del crucero de Tepezalá. Ahí te esperan, si quieres ascender, espesas huizacheras, espinosos garambullos, uñas de gato, cardenches forrados de espinas y al costado, majadas escondidas en la espesa nopalera; entre los riscos, cazahuates o palo bobo de clima benigno y palmera datilera ocultando cascabeles.
Sinuoso el monte esconde el camino. La empinada ladera, a lo lejos, muestra su flaqueza al final de los peñascos. – Lugareños comparan su forma con una mujer en eterna molienda, de lado, insensible, está el Altamira -. Canta el cenzontle entre densos mezquitales y la cigarra mansa se despierta con largos y melancólicos suspiros. (“Compón tu arado, compón tu arado, que está quebrado…pa trabajar…pa trabajar”, tararearía Don Chón Martínez Mejía, allá en Ziquítaro)). Un halconcillo planea y, de repente, desaparece. Estrepitosamente, a nuestro lado, vuelan las güilotas. Estamos, con dificultad, fondeando la ladera.
Imponente se ven las serranías de San Luis y Zacatecas, como la Sierra Fría, al otro extremo, achicando el valle. Despierta la Piedrera y, con la Cruz Azul se empeñan en desaparecer poco a poco el paisaje. Reventada la cuerda por lo más delgado: el ejido se esfuma y el ejidatario junto con él. Toman el sendero, al olvido, junto a Jacinto Cenobio. Modernos latifundistas se apoderan del Estado, les hacen carreteras especiales, les permiten “bombardear” nubes, créditos baratos, insumos, invernaderos, cultivos acolchados, riegos por goteo, los nuevos amos todo tienen…Persignados guadalupanos se aprestan a conquistar mercados. A destruir familias, a robar su patrimonio y acaparar riquezas…reflexiono. Y como ésta, “Desde el cielo una hermosa mañana…”
El viento llega franco. Se impregna en aromas y frescura del paisaje y, permite abandonar, pacientemente, las estériles dificultades que el magisterio nos presenta. –Ya regresará la calvinista actitud predestinada a salvarnos y/o a condenarnos, sin compasión, al viejo estilo de dominicos feroces- El cielo se cubre de cirros brumosos en abril y, la intranquila capital, modorra, le endosa un vapor maligno que, galopante, se extiende por el valle. Mi hermano, aquí se ve feliz y yo también.
Desesperado, busco huellas de pasado, puntas afiladas de obsidiana y, encuentro, al costado del arroyo seco, pero no por eso menos imponente, lajas anaranjadas, analógicamente, usadas lejos, en las yácatas de los Señores purembes. (Por fin, dejamos atrás las últimas trampas de la enjundiosa mujer…colmenas belicosas). En la cima hay geodas, desafiando las inferencias neófitas de cómo se formaron, de diferentes formas y tamaños. Hacia el norte, aparecen regadas, una tras otra, mesetas pequeñas: Mesilla del Jardín, Mesilla Chueca, Mesilla Grande, Mesilla del Rincón del Muerto y la Mesilla de en Medio, Ahí se esconde, entre la nopalera, un pueblo orgulloso de su pasado: El Pueblo de Indios de Mesillas.
Un pequeñísimo pueblo, perdido en la Altiplanicie, qué nos puede transmitir ahora cuando todos vivimos avasallados por la imposición despiadada de las reformas privatizadoras (te privan de todo, hasta de tener presente). Esconden su intención con el insignificante epíteto de estructurales, en pleno Bicentenario de la Revolución de Independencia y Centenario de la Revolución, donde, por cierto, el plan era otro: expropiar a los expropiadores, los bienes que legítimamente le corresponden a la nación desde que Fernando VII, abdicó, un viernes 20 de mayo en Bayona -“he cedido a mi aliado y caro amigo el Emperador de los franceses todos mis derechos sobre España e Indias”.- Dejando sin uso social, el añejo pacto legal, de 1554, que unía a la metrópoli con las naciones de América, – como lo descubrió Fray Melchor de Talamantes – Desde ese mismo instante, los pueblos de América recobran la potestad sobre sus bienes. Vale afirmar, si el Rey abdicó, la Nación, por ese sólo hecho, es Independiente.
El poder fáctico, los pudientes, entre ellos el clero en primera fila, expropiaron la soberanía de la nación sobre sus bienes y, los afanes de ser libres e independientes. Asesinaron y excomulgaron: primero al Lic, Francisco Primo de Verdad y Ramos, en la cárcel del arzobispado; después, a Hidalgo junto a Allende, Aldama y Jiménez, son decapitados; a Morelos, “Siervo de la Nación” fusilado en Ecatepec y, finalmente a todos los que se atrevieran a levantar la Bandera de la Libertad, corrieron la misma suerte. Independientes sí, pero sin bienes ni derechos, para los que no fueran propietarios. Así fue planeado en la Profesa.
Octavio Paz, en su Laberinto de la Soledad, les llamó férreas tenazas, al clero y al ejército, los dos, igual de pérfidos y nocivos para la nación. Complicidad en la invasión norteamericana y apoyo descarado al Imperio de Maximiliano. Cómplices de la Dictadura Porfirista y de la Decena Trágica y del 2 de Octubre. Los franciscanos cerraron la puerta del templo en la Plaza de las Tres Culturas a las palomas heridas que no encontraron ahí un sitio donde recargar la cabeza. Murieron solos, asesinados como corderos acorralados.
La ideología liberal, al final se impone, en el siglo XIX, olvidándose del calpulli y del trabajo colectivo; al mejor estilo de guerras coloniales se abalanzan contra el yaqui, el mayo, el tarahumara, los mayas, los pames, los otomí, a liquidar los pueblos del México profundo, para entregar sus tierras, después, a inversionistas extranjeros. La defensa fue heroica pero desigual. Las sierras se convirtieron en asilos. No es casualidad, que el Maestro de Villa de Ayala, Otilio Montaño, aprestara a los zapatistas a recuperar sus bienes con el lema: “Arriba Pueblos y Abajo Haciendas”.
El Plan de Ayala sintetiza las aspiraciones de los pueblos del centro y sur del país que sostiene el Ejército Libertador del Sur, bajo el mando de Emiliano Zapata. Al norte, se alza, la máquina de guerra de la División del Norte, máximo logro militar del pueblo de México, dirigida por el “Centauro del Norte” el Gral. Francisco Villa, – que los libros de texto de historia regatean reseñar-. Liquida al Ejército Federal, en batallas relampagueantes de Torreón, Cd. Juárez, Tierra Blanca, Chihuahua, Torreón, San Pedro de las Colonias, Saltillo y Zacatecas. La Convención de Aguascalientes tácitamente une a villistas y zapatistas, que juntos toman la orgullosa capital a finales de 1914. Un año después, se vienen las derrotas.
Jacobinos firmantes del Plan de Guadalupe, insistentes de incluir demandas sociales negadas por Carranza, se imponen a los tinterillos en el Congreso Constituyente de 1916 y 1917. Son los jóvenes soldados revolucionarios los que reconocen la soberanía de la nación sobre sus bienes en el Artículo 27 constitucional. Ideólogo de esa conquista es otro Melchor de Talamantes, Andrés Molina Henríquez, el cual, diseña la ruta: expropiar a los expropiadores, “por causa de utilidad pública”. Base del cardenismo y de sus imponentes conquistas.
Hoy, las reformas impuestas por el Banco Mundial, nos expropian los derechos sociales e individuales y, del poco patrimonio que nos queda; aniquilan 200 años de tenaz lucha por tener una Patrimonio para todos, las conquistas de la Revolución de ayer, dijo el Maestro, interrumpida. En complicidad con el poder fáctico, de hoy, entre ellos, otra vez el clero en primera fila, pero ya no igual de poderoso, su lugar, es de los medios de comunicación, donde sobresalen, cínicamente, los monopolios televisivos. Ellos son los que han cancelado el derecho a la información por la concesión vitalicia, parece, de lavarnos el cerebro. Compuesto por 400 familias financieras que obtienen ganancias por 5 billones de pesos, pero sólo pagan 1.78% de impuestos, (un trabajador asalariado paga 1 500% más de impuesto), ellos son los dueños del país en complicidad con el Estado y el Imperio. (Regeneración)
Ya no son décadas perdidas; ahora son siglos perdidos, fenómenos sociales que no son analizados en las escuelas de calidad. El último informe del Banco Mundial señala que los más ricos incrementaron sus ganancias en un 39.1 % y los más pobres perdieron un .3%. del 1.5% que recibían. Se han multiplicado las Bartolas sin saber qué hacer. Imposible es para la escuela mitigar la inequidad, tomando, en el supuesto, la función del Estado de propiciar las condiciones que permitan a la población acceder a un mínimo de bienestar, resarciendo la deuda milenaria con los más pobres.
Sin identidad, es decir, sin pasado y sin la defensa del pasado, el Sistema Educativo Nacional…no sabe a dónde ir. Alonso Lujambio, titular de la Secretaría de Educación Pública, en la conferencia Los Jóvenes y la Democracia, en Tuxtla Gutiérrez, Chuis., de fecha 27/04/10, afirmó: “…La Democracia es política, no social ni económica…”. No precisa justicia social ni distribución equitativa de la riqueza. Pareciera involuntario el olvido de la fracción A del Art. 3º: “- La educación que imparta el Estado-…será democrática…no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo”. Deliberadas son sus afirmaciones, ya que se han empeñado en promover, insensibles, un sistema educativo sin compromiso social. Para el ex rector de la UNAM, Pablo González Casanova, son responsables “en parte, de la sociedad de la ignorancia”. Consolados, sus mentores sin utopías, en la inmediatez, de pasar, gozosos, Carrera Magisterial.
Finalmente, qué tiene que ver el pueblo que tiene un montón de Mesillas. En este mundo que legitima a cada instante, la salvaje ley de sálvese quien pueda. Que compite, desenfrenadamente, por conquistar un lugar, “incierto” diría Hegel, en el engranaje de la sociedad postindustrial y, formar parte del “mundo feliz” de la sociedad de consumo. Ese pueblo, vigilante de su pasado, presagia su futuro en voz de Don Santos López Castorena: “Mientras exista Mesillas va existir la Danza de Indios de Mesillas; es lo que no identifica, es nuestro mandato. El que no ha sido indio, no es de Mesillas”. Como añoso árbol, que esconde sus raíces profundas en la tierra y se alza, imponente, noble y generoso, a regalarnos el futuro sabio de su amor a su terruño y a la tierra.
“La Danza de Indios de Mesillas, Una Danza de Conquista en Tepezalá, Aguscalientes” editada ayer por el Colegio de Michoacán (COLMICH), al acucioso profesor e investigador Gabriel Medrano de Luna que en sus 300 páginas, de su libro, hoy agotado, intenta resolver preguntas sobre su sentido profundo, detrás de la aparente recreación de la lucha entre españoles e indígenas, da un ejemplo analógico y simbólico de qué debe hacer un pueblo ante el invasor, rememora la táctica favorita del guachichil chichimeca: asediar, atacar, combatir, vencer y desollar. (No sólo el gesto adusto del “Gallero” de Saturnino Herrán, por tanta empresa comercial trasnacional atestada de neotrasnacionales, nuevos polkos que se olvidaron de la Exedra, la Madero y del Parián). El mensaje es claro, fusionar el danzante con la comunidad para enfrentar al invasor, acosarlo sin permitirle respiro y vencerlo.
Zarco, Don Santos, surca el cielo azul claro, perfora las paredes macizas de su casa y se clava en el suelo como animal herido. Dañado por las consecuencias del TLC, que condenó al ejido a ser vendido, a la Patria a cercenar su pasado glorioso, a destruir el patrimonio y desollar, el cuerpo de sus hijos en maquiladoras y desiertos, puertas del infierno que reciben el éxodo lacerante. Dice juicioso, ante el Certificado de Derechos Parcelarios: “renunciamos a lo que es grande…cuando nos olvidamos de los sacrificios de nuestros abuelos revolucionarios y agraristas”.
Le pegaron al 27, pilar donde se cimentó el patrimonio nacional; al 3º, enfilado la intención de privatizar la educación; al 123º, cancelando los más mínimos derechos, de asociación, de huelga, de jornada de trabajo: sin derecho a existir están los sindicatos independientes (Liquidaron el SME y a Luz y Fuerza del Centro por sus 1 100 Km y sus 27 mil 237 clientes por kilómetro, en la zona más rica del país para licitar la red de fibra óptica, más 26 000 Km de la CFE por y para los empresarios en el negocio lucrativo más grande en el mundo). El 25º constitucional, es entendido al revés “de hecho”, (no) corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional…que (no se) favorezca la Soberanía de la Nación.
Sesga la finalidad del Art. 26: “El Estado organizará un sistema de planeación democrático del desarrollo nacional”. La Suprema Corte de Justicia de la Nación, limita esta disposición, al señalar que el Congreso de la Unión “no lo obliga”, el precepto legal a recoger las demandas y aspiraciones de la sociedad. (Juicio de Amparo número12861/2008 y sus acumulados 12862/2008 al 13260/ 2008 pág. 483 contra la Ley del ISSSTE). No está “obligado” a la consulta, Art. 14, “a oír y dar oportunidad de defensa a todas las personas” porque la actividad legislativa se haría “imposible”. (Bis 480). Concebir así el sentido republicano es una desfachatez. Sabe qué habrá pasado con el sentido del Art. 39 “…Todo poder público dimana del pueblo…(y) se instituye para beneficio de éste…”
Futuro no tiene hoy la República con el actual modelo, sigilosamente ha sido cancelado por una oligarquía insaciable, dócil ante el imperio: sigue, dogmática, las recetas estrepitosamente fracasadas a partir de septiembre de 2008. No es extraño que sea la Universidad Nacional Autónoma de México, (CÓMO NO TE VOY A QUERER) en voz de su rector el Dr. José Narro, el que llama a refundar la República; sostiene que el actual modelo de organización nacional “ya dio lo que podía, ya no sirve ni para vernos hacia afuera, ni resolver los problemas hacia adentro”. (4/11709). El dilema es: ilotas vergonzantes y/o ciudadanos demandantes con todas las implicaciones que demanda rescatar el presente.
Qué país vamos a heredar:
¡PATRIA O MUERTE!
Nota: Ya de noche, en Mesillas, un niño carga, orgulloso el atuendo de Indio de su padre. Él está listo para remplazarlo algún día. De seguro, será el “Comanche” que incansable invita a no desfallecer: “él mismo pone el ejemplo y lucha con gran energía, su cuerpo parece inquebrantable, regresa para alentar a los indios rezagados, se agacha a cada disparo de carabina para eludir, esquivar balas y seguir luchando”. (Medrano de Luna, Gabriel). La UNAM, a través de su Rector, hace lo mismo.
“De todas las victorias humanas toca a los mentores el mérito…de todas las derrotas, la responsabilidad” Mariátegui.
Es cuanto.
Responsable:
Profr. J. Jesús Narváez Ruiz.
Egresado de la Escuela Normal Rural “Gral. Matías Ramos Santos” de San Marcos, Zac.
Generación 1970-1974.
Pabellón de Arteaga, Ags., 30 de abril de 2010.
C/E: nj.jesus@yahoo.mx
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