ZAMORA. MONOGRAFÍA


+ MONOGRAFÍA
+ COMPAÑÍATELEFÓNICA DE ZMORA
+ VISITA A LA QUERENCIA
+ APERTURA DE LA CALLE DELRELOJ
+ FRANCISCO J. MÚJICA,DIPUTADO POR ZAMORA AL CONGRESO CONSTITUYENTE
+ 265 ANIVERSARIODEL NATALICIO DE BENITO DIAZ DE GAMARRA
+ MIGUEL REGALADO, UN ZAMORANO INICIADOR DEL EJIDO
+ CRÓNICA DE LA DESGRACIA
+ DEL CENTENARIO DEL BICENTENARIO
+ LOSTEMORES EN LA REVOLUCIÓN
+ MINISTORIA DE SAN FRANCISCO
+ HIDALGO EN ZAMORA Y LA MISTERIOSA DAMA QUE LOACOMPAÑÓ
+ ZAMORANOS QUE PARTICIPARON EN LAEXPOSICIÓN UNIVERSAL DE PARÍS EN 1900
+ RECORDANDO LAREVOLUCIÓN ENZAMORA
+ LOS CURTIDORES DE MADRIGAL
+ PARTICIPACIÓN DE ZAMORA EN ELCONGRESO CONSTITUYENTE DE 1917
+ HOY, COMO HACE UN SIGLO
+ LOS TEMORES EN LA REVOLUCIÓN
+ AL MAESTRO, CON VERDADERO CARIÑO
+ DEL CENTENARIO DEL BICENTENARIO
+ CRÓNICA DE LA DESGRACIA
+ LUCHA DE INDEPENDENCIA NACIONAL

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MONOGRAFIA DE ZAMORA

Zamora, “ciudad amurallada”

FRANCISCO RODRIGUEZ

Zamora.- En analogía con Zamora, España, el nombre significa“ciudad amurallada”. La de Michoacán por su entorno natural, rodeada de cerros, como del vocablo árabe “Zamarat” que significa “esmeralda” al contemplar la verdura de su hermoso y fértil campo.

Este municipio está ubicado en el antiguo valle de Tziróndaro, que viene de la palabra de origen purépecha que significa “lugar de ciénegas”. Aquí se han encontrado los restos de la cultura superior más antigua del Occidente de México (1500 años A.C.) como lo demuestran las tumbas “de tiro”, localizadas en una colina cercana a Zamora, como el “Opeño”.

A este valle llegaron las tribus tecas, valientes y laboriosas, y se fundieron con los anteriores pobladores. Más tarde, en 1470, los purépecha sometieron a todos los habitantes, el calzontzi, puso seguramente en este lugar un cacique o caracha-capacha.

Con la llegada de los españoles a la región purépecha y el subsecuente reparto de la misma, en encomiendas a los capitanes conquistadores, el valle es entregado a Don Juan de Albornoz. Posteriormente, hubo dos encomenderos sucesores, primero Gonzalo de Sandoval y de éste a Peralmíndez Chirinos, finalmente, pasó a la corona en calidad de corregimiento. Según la historia en 1540 el virrey Antonio de Mendoza atravesó este lugar persiguiendo a los chichimecas.

El 18 de enero de 1574, se ejecutó la fundación de la Villa de Zamora, por mandato del Virrey Martín Enríquez de Almanza. El nombre de la villa y al río Duero, que antes se conocía como Yorecuahapundanapu, que significa “río engendrador de lagunas”, es otorgado en remembranza a los existentes en la región española conocida como Castilla Vieja, ya que la mayoría de las familias españolas fundadoras eran originarias de ahí. A este lugar se le conoció como San Martín Zamora.

Desde su fundación, se le nombró sede de alcaldía mayor. Los primeros asentamientos humanos fueron en los islotes más elevados conocidos como San Bernardo y los terrenos que hoy forman la plaza, canalizando las aguas por el Vallado del Rey.

En el siglo XVIII surgieron distinguidos personajes, grandes humanistas; de este siglo se rescata la famosa redondilla: “Sin hacienda, ricos; / sin hazañas, godos; / entre sí parientes / y enemigos todos”.

El 21 de noviembre de 1810, iniciada la lucha por la independencia, el Padre de la Patria, don Miguel Hidalgo y Costilla, hizo su entrada a Zamora, a su paso hacia Guadalajara; para corresponder al apoyo del pueblo se afirma que dijo: “Brindo por la ilustre ciudad de Zamora”. Confirmando lo anterior el segundo congreso de Michoacán mediante el decreto No. 10 de fecha 7 de septiembre de 1827.

El 15 de enero de 1811, el realista Don Pedro Celestino Negrete establece en esta ciudad su centro de operaciones

Por la Ley territorial del 10 de diciembre de 1831 se constituye en municipio.

Durante la insurrección de López de Santa Anna, en el año 1838, Zamora es atacada por las milicias de Gordiano Guzmán.

Proclamado el Plan de Ayutla, los generales Epitacio Huerta y Manuel García Pueblita se introducen en la población y funden una de las campanas del templo de San Francisco, en 1854. Durante 1855 tras poner en fuga las tropas del teniente Miguel Negrete, el general Santa Anna entra triunfalmente a la ciudad. El 29 de mayo de 1858, el coronel liberal Manuel Menocal, “El Pico”, después de tres días de lucha, tomó la ciudad y los vencedores realizaron un saqueo desenfrenado.

Las tropas francesas el 22 de diciembre de 1863, se apoderaron de Zamora, entregándola sin resistencia Francisco Velarde, el famoso “Burro de Oro”. Después de una cruenta batalla el 5 de febrero de 1867, las fuerzas republicanas ocuparon la ciudad. Con la ocupación de este lugar terminó en Michoacán la intervención francesa.

Félix Vargas, durante 1875, secundó la revuelta cristiana en Zamora. Tras un reñido combate, el general Francisco Franco, en enero de 1877, toma la ciudad.

Del 4 al 8 de septiembre de 1906, sesionó en este lugar el tercer congreso agrícola mexicano, auspiciado por el obispo José Mora.

En 1914 el general Joaquín Amaro convirtió en oficinas públicas al palacio del obispo.

Al reglamentarse el artículo 130 constitucional a nivel nacional, Agustín Méndez Macías aplicó en Zamora la famosa “Ley Calles”.

El 24 de diciembre de 1933 llegó a Zamora don Lázaro Cárdenas, poco después el 77% de las tierras del municipio pasaron a ser propiedad de 24 ejidos, poco más de mil ejidatarios tomaron posesión de 9 mil 675 hectáreas de riego, 4 mil 795 de temporal y 14 mil 230 de agostadero.

El 2 de abril de 1940 la Secretaría de Hacienda autorizó un banco en Michoacán, el 21 de agosto se firmó el acta constitutiva con el nombre de Banco de Zamora.

Como un homenaje al padre de la patria, a su cabecera municipal se le tituló “Zamora de Hidalgo”, a partir del 17 de diciembre de 1953. En ese tiempo el cultivo de la fresa inició en la región y en los años sesentas estableció su propia industria de proceso y congelación. En la temporada 1954-1955, el equipo local asciende a la primera división profesional de futbol.

Existe una cantidad difícil de anotar de personajes ilustres de este municipio, sólo por mencionar algunos: Fray Manuel Martínez de Navarrete, poeta, fue llamado El Cisne Americano; Juan Benito Díaz de Gamarra y Dávalos, se le considera como el introductor de la Filosofía Moderna a nuestro país, fue llamado El Massillon Mexicano por su gran elocuencia; Atenógenes Segale, literato, dramaturgo y poeta; José Álvarez, diputado constituyente en 1917; Melesio de Jesús García, poeta, una de sus obras que le dio fama “El Musco”; Rafael Álvarez Álvarez, gobernador de Michoacán; Antonio Labastida y Dávalos, arzobispo; Fernando Castellanos R., poeta y abogado, diputado al congreso del estado; Perfecto Méndez Padilla, abogado y escritor, diputado al congreso de la Unión y gran amante de la cultura; Francisco Javier Cueva, gobernador del Estado de Colima; Alfonso Méndez Plancarte, humanista y filósofo, fue un eminente crítico; Fernando Méndez Velásquez, compositor y músico, compuso la canción “Ojos Tapatíos”; Antonio García Castrillón, franciscano, fue el predicador más elocuente de sus tiempos; Francisco Orozco y Jiménez, arzobispo de Guadalajara, fue un Teólogo notable; Conrado Magaña, gobernador del Estado; Antonio Plancarte y Labastida, benefactor; General Gildardo Magaña Cerda, sucesor de Emiliano Zapata, fue el alfabetizador de Francisco Villa, gobernador de los estados de Baja California y Michoacán; Francisco Plancarte y Navarrete, arzobispo y arqueólogo, investigó el origen de la civilización purépecha; Salvador Martínez Silva, orador sagrado y matemático; José Rafael Rubio, literato; José Sixto Verduzco; insurgente, representante de Morelos en muchos de sus actos; Luis Méndez, gobernador de Michoacán; José María Cavadas y Dávalos, construyó con ayuda de los vecinos, el puente de mampostería sobre el Río Lerma en La Piedad y la catedral de Zamora, introdujo los pararrayos en Guadalajara; Gabriel Méndez Plancarte, humanista, muchas de sus obras fueron publicadas por la Secretaría de Educación Pública; Luis Padilla Nervo, formó parte del Consejo de Seguridad de la ONU, donde defendió el principio de no intervención; Diego Moreno Jasso, Gobernador de Michoacán; Perfecto Méndez Garibay, benefactor, donó los manantiales que desde hace un siglo surten de agua a Zamora; José Plancarte, poeta y escritor; Rafael J. Rubio, literato; Ignacio Torres Guzmán, poeta; José Antonio de la Peña y Navarro, primer obispo de Zamora; Lic. Francisco García, senador de la Republica, promotor de obras para su ciudad; Jerónimo Villavicencio, humanista, apóstol de la juventud zamorana; Francisco Paulino del Corazón de Jesús García Urbizu, pionero del cine nacional y cronista de Zamora; Lic. Arturo Rodríguez Zetina, escritor y notario público.

Alfonso García Robles, diplomático. El Comité Nóbel de Oslo, lo eligió Premio Nóbel de la Paz, mismo que compartió con Alva Myrdal, de Suecia. A él se le debe la redacción e ideas fundamentales del Tratado de Tlatelolco; Francisco Castillo Cervantes, músico y cronista de la ciudad, y no podía faltar Don Francisco Elizalde García, poeta y cronista de la ciudad.

También se puede mencionar al cronista de futbol Roberto Guerrero Ayala y a la primera dama del país. Además de sus personajes ilustres tiene mujeres y hombres muchos de ellos héroes anónimos, existen diferentes instituciones que han hecho sobresalir este lugar, tal es el caso entre otras: La Gran Familia encabezada por doña Rosa Verduzco, forjadora de buenos ciudadanos; las escuelas de futbol que han sido semillero de jugadores reconocidos a nivel internacional, tal es el caso de Rafael Márquez militante del club español Barcelona; Juan Carlos Chávez, integrante de la selección mexicana que participó en el mundial de Estados Unidos en 1994; Agustín García, integrante de la selección mexicana que participó en los juegos olímpicos de Atlanta, Estados Unidos; Luis Angel Landín, integrante del equipo Pachuca, campeón del futbol mexicano.

El municipio fue de los primeros a nivel nacional que ha conquistado en forma política la libre elección de sus candidatos populares.

No sé si sea considerado personaje ilustre, pero no se puede dejar de mencionar al irrespetuoso Eduardo del Río, mejor conocido como Rius, uno de los hombres que más influencia ha tenido en el periodismo gráfico, ateo (gracias a Dios), socialista y vegetariano, autor de las revistas más leídas en los años 60,s y 70,s Los Supermachos y Los Agachados y de los libros (bets selers mexicanos) “La Panza es Primero”, “Marx Para Principiantes” y “Jesucristo de Carne y Hueso”, entre otros. Lo encerrado entre paréntesis es una apreciación personal. Y si de irrespetuosos se trata como olvidar al Lic. Juan Antonio Guerrero, del cual puedo describir su personalidad con la anécdota ocurrida en el marco de la celebración de los 50 años del semanario Guía; estaban en el momento central en el aniversario el director, el Padre Alfonso Sahagún de la Parra, y el gobernador del Estado antropólogo Lázaro Cárdenas Batel, partiendo el pastel, cuando me comenta, “cómo vez, Paco, nosotros partiéndonos la madre para escribir pendejadas y éstos recibiendo los honores”. Aunque no es zamorano, cuando escribió en este hebdomadario fue toda una institución.

Este lugar es sede de una de las 5 diócesis con las que cuenta el estado de Michoacán, su fundación data del año 1863 y ha sido cátedra episcopal a partir de 1864; ha contado con los siguientes obispos: los excelentísimos Señores Don José Antonio de la Peña y Navarro, Don José María Cázares y Martínez, Don José Othón Núñez y Zárate, Don Manuel Fulcheri y Pietra Santa, Don José Gabriel Anaya y Díez de Bonilla, Dr. Don José Salazar López, Don Adolfo Hernández Hurtado, Don José Esaúl Robles Jiménez, a su muerte la diócesis estuvo dirigida por el administrador diocesano Presbítero Francisco Valencia Ayala y el actual señor obispo Don Carlos Suárez Cazares.

Este municipio está asentado sobre un valle con una extensión de 1,200 hectáreas; se localiza al noroeste del Estado, a una altura de 1,560 metros sobre el nivel del mar. Limita con Ixtlán, Ecuandureo, Churintzio, Tlazazalca, Jacona, Tangancícuaro, Chavinda y Tangamandapio. Su distancia a la capital del Estado es de 144 kilómetros.

Está comunicado con la capital del Estado por la carretera federal No. 15 en su tramo Morelia-Zamora. La cabecera municipal se encuentra a 25 kilómetros del entronque Ecuandureo de la autopista de Occidente México-Guadalajara.

De sus principales atractivos podemos mencionar. La catedral inconclusa, de estilo neogótico, se inició el 2 de febrero de 1898, debido a la revolución y otras circunstancias en el año 1914 los trabajos fueron suspendidos durante 75 años; en que el gobierno de Martínez Villicaña y Carlos Salinas se devolvió el edificio a la Iglesia; fue testigo de la revolución cristera, se ha usado como cuartel, caballeriza, campo de tiro, paredón de fusilamiento, estacionamiento, área deportiva y centro de espectáculos, entre otros, en el año 1988 fue devuelta a las autoridades eclesiásticas, y es actualmente Santuario Regional en honor a Nuestra Señora se Guadalupe, que de concluirse totalmente será de los templos más grandes de Latinoamérica.

El Palacio Federal, antiguo recinto del episcopado, de estilo neoclásico; la iglesia del Calvario; el templo de San Francisco; la Catedral de Zamora, de estilo neoclásico, e iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, de estilo neogótico.

La cruz monumental en la cima del cerro de La Beata que con sus 33 metros de altura se levanta majestuosa como símbolo de la religiosidad del lugar y el Jardín del Teco.

Fiestas populares: el 8 de marzo, fiesta de la Virgen “del Cólera” que es la Inmaculada bajo cuya advocación Zamora, se dice, fue liberada del cólera morbos, que azotó fuertemente en las últimas décadas del siglo XIX; en Semana Santa, procesión con representación en vivo de escenas de la Pasión de Cristo; en mayo el día de la santa cruz existe la tradición de subir La Beata; el 16 de julio, fiesta religiosa de la virgen del Carmen en el barrio de Madrigal; en agosto fiesta de la Asunción; el 22 de noviembre con motivo de la patrona de los músicos, éstos festejan su día, y en diciembre, fiestas guadalupanas, con pastorelas y posadas en su decenario (del 1º al 12) acoge en el nuevo Santuario Guadalupano peregrinaciones de toda la región.

Su infraestructura educativa actual está compuesta por planteles tanto oficiales como privados de todos los niveles, incluyendo educación Tecnológica, además de ser sede del Colegio de Michoacán, el centro de investigaciones sociales más importante del Estado.

Este lugar es famoso por la fabricación de dulces regionales, en especial los sabrosos “Chongos”.

El municipio tiene una superficie territorial de 340.16 kilómetros cuadrados, cuyo clima es templado y su suelo arcilloso, combinado con su hidrología, resulta un terreno fértil para el cultivo de papa, jitomate, cebolla y fresa entre otros, cultivos que en un 60% son exportados, principalmente a los Estados Unidos de Norte América.

En el año 2,000 contaba con 161 mil 918 habitantes distribuidos en 78 localidades, sus principales son: Zamora de Hidalgo es la cabecera municipal, las tenencias: Ario de Rayón, Aquiles Serdán, Atacheo de Regalado y Atecucario de la Constitución; las comunidades La Rinconada, La Sauceda, Chaparaco, Lindavista, Estancia de Amezcua, El Sauz de Abajo, El Sauz de Arriba, Cerrito de Ortiz, Ejido Independencia, El Espíritu, El Guamuchil, Guanajuatillo o La Beatilla, La Ladera, El Llano, Miraflores, Ojo de Agua, Romero de Guzmán, Romero de Torres o Romero de Ortiz, San Esteban o La Santa Cruz, El Sauz de Magaña, Tierras Blancas, Villa Emiliano Zapata o Villa Fuerte y El Zapote de García.

Se hace necesario mostrar los siguientes agradecimientos: a la Srita. Amparo Solís Barragán, quien amablemente nos hizo llegar material del cual obtuvimos bastantes datos, al Lic. Guillermo Ibarra López y a Sor Dolores Martínez Vázquez, quienes hicieron favor de revisar este escrito y aportaron información. Igualmente a Matías Cázares, quien nos acompañó a La Beata, sin pertenecer a ningún grupo alpino su lema es “Dios y montañas”.

(Cortesía de GUIA, semanario regional independiente, Zamora, Mich., México)

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COMPAÑIA TELEFONICA DE ZAMORA
Jesús Alvarez del Toro

(Tomado de GUIA, Semanario Regional Independiente, Zamora, Mich., México, de la fecha señalada en el trabajo de referencia)

Jesús Álvarez del Toro -Compañía telefónica de Zamora
Sabado, 19.12.2009, 06:04pm (GMT-5)

El 5 de febrero de 1908, nuestra ciudad festejaba la instalación de la Compañía Telefónica de Zamora; terminaba la época en que cada uno de los zamoranos que deseaban este servicio tenía que colocar postería y el tendido de cable necesario para comunicarse con quienes deseaba hacerlo. Tres lustros tenía nuestra ciudad de un crecimiento sostenido, realizando obras aquí y más allá, éste es el periodo en que arrancan las obras monumentales de Zamora y que hoy admiramos no sólo los zamoranos: el Palacio Episcopal, el hoy Santuario Guadalupano, El Templo Expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús, el hoy templo de San Juan Diego, El mercado Hidalgo y la mayoría de la arquitectura civil porfirista, la que por cierto se está destruyendo a pasos agigantados.
Don Francisco de Padua Aguado, Prefecto del Distrito de Zamora, daba cuenta al secretario de gobierno de la inauguración de la compañía telefónica que asignaba 100 números telefónicos a esta ciudad: “De Zamora a Morelia. Febrero 6 de 1908. Señor Secretario de Gobierno: Ayer á las ocho de la noche, con bastante entusiasmo, se inauguró la Compañía Telefónica de Zamora. Hónrome comunicarlo á Ud. para conocimiento del C. Gobernador. Refiérome respetable mensaje de hoy. El Prefecto” (Archivo Municipal de Zamora, Ramo Fomento. Expediente 39, año de 1908, Caja 26).
La compañía “Silva Verduzco y Compañía”, razón social establecida en la escritura pública número 212, levantada por el notario de número Diego Méndez el 30 de agosto de 1907 y que se denominará Compañía Telefónica de Zamora, según consta en la misma, nació a iniciativa y solicitud de los señores Antonio Quirós, Gabriel Solorio y Heriberto Valdés, quienes “se obligan a transefrir la propiedad de la concesión otorgada por el gobierno á los señores Francisco de P. Aguado, José Natividad Izarraras, Doctor José María Silva, Felipe Verduzco García y Alberto Solorio para disfrutarla pro-indiviso los primeros y segundos Señores nombrados… Cada uno de estos señores contratantes se obliga á llevar á la Sociedad para la formación del capital respectivo, que importa $ 7,200.00 SIETE MIL DOSCIENTOS PESOS, las siguientes cantidades en dinero del cuño mexicano corriente:.. Don Francisco de P. Aguado, Don José Natividad Izarraras, el Señor Doctor Don José María Silva, el Señor Antonio Quirós $500. 00 Quinientos pesos cada uno; en tano que los señores: …el Señor Felipe Verduzco García, el Señor Alberto Solorio, el Señor Gabriel Solorio y el Señor Licenciado Heriberto Valdes, $ 1000.00 MIL PESOS cada uno…” (Ídem)
La Compañía Telefónica de Zamora había recibido la autorización del gobierno del Estado el 31 de diciembre de 1907, según consta en oficio del Oficial Mayor del Gobierno del Estado de Michoacán:…” “El C. Gobernador ha tenido á bien conceder á Uds, el plazo de un mes que solicitan para hacer la completa instalación de los cien aparatos telefónicos á que se comprometieron en su contrato relativo.= Ygualmente se concede á Uds, el permiso correspondiente para establecer el servicio telefónico con los aparatos que ya tienen instalados” (Ídem)
Los 100 aparatos a que se refiere el oficial mayor de Gobierno se encuentran en una “lista de subscritores á la red telefónica de Zamora, con expresión del número ordinal que á cada uno corresponde”. (Ídem) Por considerarlo de interés y sobre todo porque aún existen familiares de quienes contrataron dicho servicio, los transcribo y entre paréntesis pongo el número telefónico que se les asignó: Agustín Alvarez (15); Admon. de Correos (14); Admon. del Timbre (20); Aurelio Torres Ruiz (30); Atanacio Avalos (42); Antonio Chávez (42); Antonio P. Igartúa (47); Admon. de Rentas (48); Antonio Méndez Padilla (55); Dr. Alejandro Jodínes (61); Dr. Abraham Romero (65); Antonio Cornejo (68); Canónigo Antonio Méndez Rodríguez (74); Aviña y Chávez (81). Banco de Guanajuato (7); Lic. Bardomiano Ruiz ((9); Banco Nacional (15); Banco de Jalisco (17); Benjamín Barragán (29); Benito Quirós (80); Compañía de Agua Potable (6); Contreras y Esqueda (10); Compañía “Sínger” (19); Cristóbal Pulido (21); Celso Sandoval (41); César Juillen y Cía (50); Colegio Teresiano (67); Carlos Plancarte (82); Daniel García (32); Diego Méndez (40).
Epifanio Jiménez (23); Emilio Roque (35); Eudoxio Vaca (45); Emilio Moreno (52); Estación del F.C.C.M (78); Emiliano Hernández (91); Eleuterio Bueno (94); Francisco C. García (1), Francisco A. Cabrera (3); Felipe Verduzco (su casa) (57); Felipe Verduzco (Admon. de luz) (58); Francisco Cano (62); Filiberto Sánchez de la Barquera (84); Hermanos García Urbizu (24); Gabriel Solorio (54); Canónigo Genaro Méndez (72); Lic. Gonzalo Echevarrieta (56); Hospital Civil (60); Ildefonso Gutiérrez (8); Ignacio Castillejo (73); Ignacio Mora (90); Ing. Ignacio Ochoa Villagómez (98); Juan Rodríguez (5); Juan Laguardia (12); Juan C. López (31); Jesús del Río (39); Lic. José M. Dávalos (44); José B. Gómez (51); Juan Díaz (53); Dr. José M. Silva (59); Jesús Hernández Segura (63); José M. Arceo (75); Pbro. José M. Aguilar (76); Dr. José M. Alvarez (79); Juan Dueñas (87); José M. Ruiz (89); José Dolores Bernal (92); José M. Chávez (95); Juzgado primero de letras (99); Juzgado segundo de letras (100); Luis Jiménez (22); Luis G. Hernández (37); Luis Segura (46); Luis Cornejo (69); Lic. Luis G. Padilla (70).
Manuel García Vallejo (4); Mauro Pulido (11); Manuel Amezcua (26); Manuel Chagollán (28); Manuel Castillo (49); Miguel Trujillo (64); Miguel G. López (71); Miguel Dueñas Padilla (83); Natividad Izarrarás (43); Narciso Méndez (97); Lic. Perfecto Méndez Padilla (18); Prefectura del Distrito (36); Pedro García y Hno. (86); Lic. Pantaleón García (2); Dr. Pedro Peña (93); Quirós Carranza y Cía (77); Rafael Olivarez (16); Rosendo Tamayo (33); Canónigo Rafael Guizar (66); J. Trinidad Roldán (27); Vicente Lozano (96); Ramón Padilla (25); Canónigo Ramón Contreras (38); Rafael Duarte (85)… Zamora, Mayo 6 de 1908”.(Ídem).
De esta manera se establecía la primera compañía telefónica de Zamora, vendría después la Compañía Erickson, posteriormente Teléfonos de México y hoyaTelmex. ¿Cuántos hijos y nietos de aquellos primeros suscriptores viven en nuestra ciudad?
Jesús Álvarez del Toro Presidente del Consejo de la Crónica Municipal
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VISITA A LA QUERENCIA
(Tomado de GUIA de Zamora, Semanario Regional Independiente, de la fecha señalada en el trabajo)

J. CARLOS MÉNDEZ – Carta desde Monterrey:Visita a la querencia (1)
Sabado, 09.01.2010, 07:13pm (GMT-5)
UNA VISITA A ZAMORA, a la querencia, siempre me es, además de gratificante, vital, a pesar de que las cosas estén mal. Entre otras cosas porque tengo la oportunidad de conversar con jóvenes —de mi parentela e hijo/as de amigos míos— y constato que los jóvenes no están perdidos, pese a que muchos de los mayores y muchas de las instituciones los empujemos a la desesperanza y lo que ella acarrea. Dicho de otra manera, por los jóvenes vale la pena vivir y hacer algo trascendente. En los 11 días que estuve en Zamora pude ver a una parte de mi extensa familia inmediata y a algunos amigos; medio incumplí alguna cita, y me dejaron colgado un par de ocasiones. Lamenté mucho no poder ver a algunas personas, en particular al Padre Alfonso Sahagún y a las personas de Guía, pero los vericuetos de estas fechas navideñas y de Año Nuevo no me lo permitieron.
Entre las personas que vi están mis amigos Pedro Tolentino, Jorge García del Río, el padre y doctor en Historia Francisco Miranda, Conrado González Leyva y su esposa Martha Vera y su hijo Conrado, el doctor y pintor Antonio Cervantes, al señor Jorge Moreno Méndez y a mi hermano Enrique, y mi Hada madrina, cuya varita mágica me ilumina la vida de muchas maneras. Y en particular a mi hermano Roberto, en cuya cálida casa me hospedo cuando voy a la querencia. De todo ello les contaré algo en esta y en próximas Cartas…

Aranza

HÉCTOR VALDÉS FERNÁNDEZ fue uno de los amigos que pude saludar. Nos encontramos casualmente en el Mercado Municipal, en una juguería a la cual acudimos ambos. Hacía varios años que no nos veíamos. Luego me invitó a disfrutar de unos pepinos, chayotes y papas con chile al estilo Zamora en un puesto famoso que hay en El Teco. Héctor sigue fiel a esa costumbre zamorana de disfrutar los sencillos placeres de la comida y los antojitos locales que nada tienen que ver con la comida chatarra. Entre otras cosas Héctor me dijo que me leía todos los domingos en Guía, lo que me dio un enorme gusto. Al día siguiente me invitó a tomar una cerveza en un espacio que él y sus hermanos tienen en Zamora para reunirse a ver el futbol y departir entre botanas y frías con familiares y amigos. El espacio es muy sencillo: un cuadrado de césped y al fondo un portal con sillas y mesas de lamina, de ésas de las cervecerías y las refresquerías, hieleras, unos lockers donde se guardan botellas de tequila, wiski, brandy, vodka, charanda, ron… y unos baños. Y claro, una pantalla de TV. Y otra cosa: una marquesina de lona que dice: “Cheras Bar”, lo que implica toda una historia. “La Cherapia” fue un relojero y joyero aficionado a la cacería y a la buena copa con botana. Muy amigo de “los Valdés”, tenía su pequeño taller en la avenida Madero, entre Ocampo y Colón, muy cerca de La Parroquia. A eso de la una de la tarde en su taller se reunían algunas personas a tomar el aperitivo. El homenaje de esta marquesina “Chera Bar” me trajo muchos recuerdos. “La Cherapia” es un personaje que no puede quedar fuera de una buena crónica zamorana. Héctor y yo hemos sido amigos desde niños, cuando su padre, don Heraclio Valdés Rocha (q.e.p.d.) y mi papá, que eran compadres, nos llevaban de cacería, al tiro al blanco y al futbol. Héctor, su hermano Miguel (q.e.p..) jugábamos al futbol y tuvimos un equipo amateur. Héctor jugaba mejor que nosotros y llegó a jugar profesionalmente en el equipo “Zamora”. Hablamos de esto, rememoramos anécdotas, y Héctor me dijo que estaba reuniendo fotos de esas épocas para decorar con ellas este espacio. Hubiera querido conversar más con Héctor, pero él es un exitoso agricultor, de los que aprecian la tecnología, y para los agricultores no hay días libres ni festivos.

Plaza de Aranza

UNA COMIDA COMUNITARIA EN ARANZA. El padre Francisco Miranda me hizo un hermoso regalo al invitarme a una celebración que se realizó en Aranza, un pueblito a unos minutos de carretera de Paracho. Se celebrarían los 50 años de vida sacerdotal del padre Alberto García Equihua, originario de Aranza, y con esa ocasión se reunirían varios sacerdotes que habían sido compañeros de seminario, entre los que está el padre Miranda. En el camino de Zamora a Aranza disfrutamos a vuelo de coche uno de esos trozos de Paraíso con que Dios bendijo a Michoacán: ese hermosísimo valle, en plena sierra michoacana, junto a Nurío, con una imponente y amplísima serie de cerros, de esos cerros cuyo color cambia según va cambiando la luz, y que de haber conocido el gran Velasco nos habría dejado espléndidos cuadros.

Nurío

En Aranza, la misa de celebración se realizó en lo que puede llamarse la plaza municipal, pese a consistir en un planchón de cemento con un templete de concreto, si bien en la otra mitad del espacio hay un quiosco (o kiosko) y unas bancas de fierro muy lindas. No dispongo de espacio para describir la celebración, al término de la cual unas bellísimas jóvenes baliaron anacuas acompañadas de una banda de esas de la sierra michoacana, de un estilo único.
Al terminar la misa se hizo la invitación a todos los asistentes (entre 200 y 300 personas) a asistir a la comida que en honor del festejado ofrecería en su casa el “carguero” de este año. Las puertas de su casa se abrieron para todos, sin distingos: la fiesta comunitaria en pleno. ¿Quiénes cocinaron, quiénes sirvieron, quiénes ayudaron a organizar el evento…? Comida abundante, bebidas, postres y música, mucha música, y festejo de verdad, comunidad. Hay belleza, hay inteligencia, fraternidad, cordialidad no fingida, valores que se desperdician en el país por las políticas gubernamentales, y esto no se vale.

Aranza

La fiesta me hizo pensar en ese viejo ataque que sostiene que los mexicanos —léase los indios y los campesinos y los rancheros— no progresan porque dilapidan el dinero en fiestas religiosas, populares, comunitarias. Quienes así piensan ignoran una cosa: esta gente (y otras gentes) no viven para hacer dinero, para acumular riqueza material, sino para vivir, para vivir la vida, aunque ésta sea sencilla. Están lejos de esas concepciones que ven en el dinero un instrumento de poder, de soberbia, una lejanía que Don Vasco de Quiroga supo ver y apreciar. Pero digamos la verdad: los indios, los campesinos y rancheros que ahorran el más bien escaso fruto de su trabajo y lo gastan en sus fiestas comunitarias no están pobres por eso, sino porque caciques, gobernantes y especuladores les roban sus recursos naturales y el producto de su trabajo, porque les niegan verdadera educación, créditos justos, precios justos, trabajo justamente remunerado y muchos derechos.
J. CARLOS MÉNDEZ

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Jesús Álvarez del Toro: Apertura de la calle del Reloj
Domingo, 21.02.2010, 03:08pm (GMT-5)

En los primeros años del siglo pasado, el inusual movimiento que se suscitaba en nuestra ciudad, producto del desarrollo económico que había traido el arribo del ferrocarril, se palpaba en la construcción de edificios monumentales, así como la apertura de diversas calles.

La antigua calle del reloj rematando en el Santuario Guadalupano.

La antigua calle del Reloj, así conocida por haber instalado los franciscanos un reloj que se les había regalado, llegaba de la hoy Hidalgo a la actual Aquiles Serdán. La construcción del hoy Santuario Guadalupano ya había iniciado y era menester abrir la calle para que el material que se requería para la construcción llegara de manera más fácil. El Ayuntamiento comisiona al Lic. Perfecto Méndez Padilla en su carácter de Síndico para negociar la apertura de dicha calle. La historia documental es como sigue:
“En la Ciudad de Zamora, á veintiuno de abril de mil novecientos cuatro, siendo las nueve de la mañana, ante los testigos que al fin se expresarán é interviniendo el suscrito Notario para autorizar este documento conforme al artículo dos mil novecientos veintiuno del Código Civil, comparecieron de una parte la señora Margarita Méndez y su esposo don Tiburcio del Río, y de la otra parte el señor Licenciado Don Perfecto Méndez Padilla, personas de mi conocimiento y con capacidad legal para obligarse, la primera de cuarenta años y propietaria, el segundo de treinta y ocho años y agricultor y el señor Méndez de veintiocho años y de la profesión que indica su título, todos casados y de esta vecindad, y exhibió este señor un oficio que en lo conducente es como sigue… El sello del Ayuntamiento de esta Ciudad=Número 114=En sesión ordinaria del día diez y ocho de noviembre del año próximo pasado, con motivo de la mejora que se proyecta de la apertura de una calle á continuación hacia el Oriente de la del Reloj, se consignó lo siguiente:= El Ciudadano Presidente expuso que ocurrió a inspeccionar el lugar donde se proyecta abrir la nueva calle, prolongación de la del Reloj hasta encontrar la de Navarrete hacia el Oriente, y á su juicio y puesto que la latitud de nueve metros ochenta centímetros es suficiente para el tráfico y se obtiene el mismo ancho de un extremo a otro, opina que al desembocar á la calle de Navarrete se le dé la misma latitud de nueve metros y ochenta centímetros: que también estima benéfico el contrato proyectado con el arquitecto don Jesús Hernández para levantar la barda que acote el lado sur de la nueva calle en la parte que corresponde á Doña Margarita Méndez por doscientos setenta pesos más la tira de solar que sobra por el Norte de los cuartos adquiridos por el Ayuntamiento. En vista de lo expuesto se aprobó lo siguiente:=1° Primero. Llévese a efecto el convenio ajustado por el Síndico del Ayuntamiento Ciudadano Licenciado Perfecto Méndez con la Señora Margarita Méndez del Río, en virtud del cual esta señora cede la parte que desde el frente de su casa es necesario ocupar para prolongar la calle del Reloj hacia el Oriente con el de la latitud de nueve metros ochenta centímetros en línea recta por el costado sur, aprovechando un pequeño sobrante que queda en virtud de la oblicuidad de la pared de su referida casa respecto de la dirección de la calle, levantándose por cuenta del Ayuntamiento la pared que limite dicha casa por su costado Norte, con la altura necesaria para sentar la corniza, cambiando el sahuan de la calle de San Bernardo al mismo costado norte de la finca. 2°. Segundo. Llévese también a efecto el convenio iniciado por el mismo Síndico Ciudadano Méndez, con el Arquitecto Ciudadano Hernández para que éste levante por un costo total de doscientos setenta pesos la pared mencionada incluyendo el cambio de sahuan y movimiento de tejabanes, y cediéndole al mismo señor Hernández la tira de solar que sobra por el norte de la misma calle con el frente á la de Navarrete y que se estima el sesenta pesos. 3°. Tercero. A más de la representación legal del Síndico se le comisiona especialmente para que en nombre del Ayuntamiento escriture los contratos expresados, debiendo hacerse el gasto con el sobrante que hay de ciento cincuenta pesos de los seiscientos que autorizó el gobierno para esa mejora, completándose con cargo á la partida destinada á mejoras materiales lo que falte.= En sesión ordinaria de esta fecha se acordó que para obviar algunas dificultades que nuevamente surgieren para llevar á efecto el arreglo de expropiación de parte de la casa de la señora Margarita Méndez, se invierta hasta la cantidad de trescientos cincuenta pesos en lo que se incluye una parte de corniza hasta cubrir el sahuan en la posición en que debe quedar en la nueva calle que se proyecta abrir y el enjarre y blanqueado de la pared que la acote por el lado de la referida casa…= Lo que me honro en transcribir á Usted á efecto de que sirva de antecedente al otorgarse las escrituras relativas á los contratos indicados.= Libertad y Constitución. Zamora, Abril diez y nueve de mil novecientos cuatro.= Firmado= Martín Mendoza.= LY.= Ciudadano Síndico del Ayuntamiento, Licenciado Perfecto Méndez= Presente. Concuerda lo anterior con el documento relacionado. Doy Fe y continuaron exponiendo que para dejar firme y perfecto el convenio que contiene la comunicación inserta, lo formalizan bajo los puntos siguientes. Primero. La señora Margarita Méndez de del Río cede al Ayuntamiento una tira ó fracción triangular de la casa de su propiedad marcada con el número 58 cincuenta y ocho y situada en la calle de San Bernardo, manzana diez y nueve cuartel primero de esta Ciudad la cual adquirió por compra que de ella hizo a la señora Pomposa Chávez de Magaña por escritura de veintiocho de Junio de mil ochocientos noventa y ocho otorgada ante el suscrito Notario. Segundo. La fracción cedida mide dos metros cincuenta centímetros por el frente, disminuyendo esta latitud hasta los treinta metros hacia dentro en que por la oblicuidad de la pared divisoria respecto de la dirección de la calle que se proyecta se encuentran las dos líneas. Tercero. El Ayuntamiento cede á la Señora Méndez la fracción triangular que sobra en el extremo opuesto al de la calle y que se forma también por la oblicuidad de las dos líneas, comprometiéndose el Ayuntamiento á levantar por su cuenta la pared que acote la calle en toda la extensión que comprende la casa de la Señora Méndez; á cambiar el sahuan de la calle de San Bernardo á la calle nueva, voltear la corniza de aquella á esta calle en un tramo como de diez metros hasta cubrir el sahuan en su nueva posición y á enjarrar y blanquear la pared en toda su extensión; y por último arreglar los tejabanes interiores para que queden sentados sobre la nueva pared y recubrir convenientemente el tejado en la parte del pasillo que se vá á utilizar, pudiendo aprovechar el Ayuntamiento el material que resulte de la demolición en la construcción de la pared y compostura de tejados, quedando lo que sobre a disposición de la Señora Méndez. Cuarto. Ambas partes contratantes aceptan la cesión que respectivamente se hacen, obligándose al eficaz cumplimiento de este convenio, la Señora Méndez por su propia representación y el Señor Licenciado Méndez como Síndico del Ayuntamiento, cuyo carácter es notorio al suscrito notario teniendo además la representación especial de esa Corporación según su acuerdo de diez y ocho de noviembre inserta al principio. Quinta. La fracción triangular cedida por la Señora Méndez tiene el vértice al Oriente y linda por el Norte con la calle proyectada. Al Poniente con la calle de San Bernardo y al Sur con el resto de la casa de dicha Señora, y la fracción que ella adquiere tiene el vértice al Poniente y linda al Oriente con casa de don Benjamín Martínez; al norte la calle nueva y al sur el resto de la casa de la Señora Méndez. Sexto. El Señor Tiburcio del Río manifiesta que concede á su esposa Doña Margarita Méndez la licencia marital necesaria para el otorgamiento de esta escritura que suscribe de conformidad. Séptimo. Ambas partes contratantes estiman de común acuerdo en veinticinco pesos el valor de la fracción que cede la Señora Méndez y en igual cantidad la que adquiere por cesión que le hace el Ayuntamiento, quedando por lo mismo compensados estos valores. Leída esta escritura á los comparecientes manifestaron estar conformes. Así lo otorgaron y firman siendo testigos los señores Ángel Valdivia y Ramón Segura, el primero mayor de sesenta años y el segundo de veintidós años, éste soltero y aquel casado, ambos comerciantes, de esta vecindad, conocidos y firman. Doy fe.= Entre paréntesis=años=el=No vale.” (AMZ. 1904. Escribano Diego Méndez)

Autor: Jesús Álvarez del Toro – Presidente del Consejo de la Crónica Municipal

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Francisco J. Múgica, diputado por Zamora al Congreso Constituyente de 1917
Sabado, 06.03.2010, 03:21pm (GMT-5)

Ya en los estertores de la Revolución Mexicana, cuando el país se procuraba un modelo de nación acorde a los postulados por los que se había iniciado el movimiento armado y se instalaba el Congreso Constituyente, era necesario que se convocara a elecciones que nominaran a los diputados que habrían de crear un modelo económico de nación y una carta magna que solucionara las carencias que habían motivado que millones de mexicanos se lanzaran a una revuelta que causó poco más de un millón de muertos.
Los constituyentes se reunirían en Querétaro con el propósito de debatir un cuerpo orgánico que armonizara el ideal de las diversas facciones que se habían lanzado a la lucha armada y que sentaran las bases de un ulterior desarrollo. Al Congreso Constituyente de Querétaro habrían de asistir como diputados mentes preclaras que transformaron las raíces primitivas de la Nación y así se puede analizar en los debates que con fiereza se presentaron con motivo de defender las diversas posiciones que concurrieron al Constituyente. Por nuestra ciudad fue electo diputado al Congreso el General Francisco J. Múgica, hijo de zamoranos, el que por la causalidad de que su padre trabajara como profesor y como auxiliar de cobro de impuestos, había nacido en Tingüidín, aunque su formación y primeros empleos los desarrolló en esta ciudad.
El cómputo y validación de la elección nos muestran, por una parte las simpatías y fuerza política que había conseguido Francisco J. Múgica en las poblaciones que comprendía el Décimo quinto distrito electoral con asiento en Zamora:
“En la Ciudad de Zamora, siendo las 10 de la mañana del día 7 de noviembre de 1916, reunidos en el Salón de Acuerdos del Honorable Ayuntamiento de esta Cabecera, los Ciudadanos Alfonso Labastida, Alberto Duarte, Francisco Sandoval, Vicente Sámano Alcalá, Fidencio Delgado y Benjamín Ruiz, Miembros de la Junta Computadora, con el carácter de Presidente, Vice-Presidente, Secretario primero, segundo, primer escrutador y segundo, respectivamente, se procedió a dar cumplimiento a lo dispuesto por los artículos 39 y el primero, segundo y tercer párrafo del 40 de la Ley Electoral, expedida el 19 de Septiembre del corriente año, por el Ciudadano Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Encargado del Poder Ejecutivo de la República, resultando: que fueron entregados a los suscritos 22 expedientes debidamente cerrados y que corresponden a las casillas electorales de los Municipios y en el orden que en seguida se expresa: dos de esta cabecera, uno de Jacona, cuatro de Chavinda, cinco de Guarachita, siete de Tangancícuaro y tres de Chilchota: fueron revisados escrupulosamente y los Escrutadores ya nombrados dieron cumplimiento a lo que previene el citado artículo 40 en su primera parte, procediendo los suscritos Secretarios a cumplir con lo mandado en la segunda parte del repetido precepto: terminando así el escrutinio de cada uno de los expedientes referidos el Presidente de esta Junta computadora declaró estar conforme con el resultado que expresa el acta de cada una de las casillas electorales y se procedió a hacer el resumen de todos los expedientes, haciendo los secretarios el cómputo general que fue revisado por los Escrutadores, obteniéndose el resultado siguiente: para Diputados propietarios, Ciudadano General Francisco J. Múgica 2 mil 698 votos; Lic. Manuel Vargas del Río, 1; Lic. Manuel M. Ortiz, 1; Lic. Ramón Ruiz, 1, e Ingeniero Ygnacio Ochoa Villagómez, 4. Suplentes, Ciudadano Antonio Navarrete, 2 mil 218 votos; Uriel Navarro, 475; Lic. Pantaleón L. García, 1; Constantino Valladares, 1, y Alfonso Labastida,1, por lo cual declaró el expresado Presidente fincada la elección por la mayoría de votos, en el Ciudadano General Francisco J. Múgica, como Diputado Propietario al Congreso Constituyente, por este Decimo quinto Distrito Electoral”. (Archivo Municipal de Zamora. Ramo Elecciones. Expediente 17. Caja 47. Año de 1916.)

Cabe resaltar que esta elección se complicó en la nominación de los suplentes y así lo hacen saber los funcionarios electorales, dejando al Congreso Constituyente la decisión de quiénes sería éstos.
Presentamos en esta entrega la carta que La Junta Computadora le envió al General Francisco J. Múgica, haciéndole saber del resultado de la elección y su nombramiento como diputado al Congreso Constituyente, en el cual habría de destacarse el diputado zamorano como uno de los más preclaros defensores de los artículos 3°, 27°, 123° y 130° de la Constitución de 1917, lo que conocimos como la columna vertebral de nuestra Carta Magna.
JESUS ALVAREZ DEL TORO – Presidente del Consejo Municipal de la Crónica
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265 aniversario del Natalicio de Benito Díaz de Gamarra
Sabado, 20.03.2010, 03:43pm (GMT-5)
El acta de bautismo de Juan Benito Cipriano, hijo legítimo de don Diego Gamarra y de doña Anna de Abalos, españoles y vecinos de esta villa de Zamora, hoy celebramos el 265 aniversario del nacimiento de quien conocemos como Benito Díaz de Gamarra, puesto que éste había nacido el 21 de marzo de 1745. Gamarra será el primer humanista zamorano de trascendencia, superando en mucho a Juan Benito de Ojeda, quien era conocido en todo el obispado de Michoacán por sus nobles acciones en beneficio de los huérfanos y de los desposeídos.
Gamarra salió desde muy pequeño de la entonces Villa de Zamora a realizar sus estudios en el Colegio de San Idelfonso en la ciudad de México. Allá se graduó en Cánones, para posteriormente a la edad de 19 años, ingresar al Oratorio en San Miguel el Grande, donde se le nombrará Procurador del Oratorio ante las Cortes de Madrid y Roma: “A los veintidós partía, en calidad de Procurador de su Comunidad, a las cortes de Roma y de Madrid, acompañado del Padre D. Nicolás Pérez, de quien se separó en Cádiz. Pasma verdaderamente el inmenso provecho que supo sacar de su corto viaje a la culta Europa” (Emeterio Valverde Téllez. Influencia del Padre Gamarra en los estudios filosóficos).
Dos grandes vertientes han manifestado la importancia del zamorano Gamarra: la primera, ser el introductor de la filosofía moderna en la Nueva España, lo que le trajo innumerables problemas al interior de su propia orden religiosa y, segundo, haber influido en el pensamiento libertador de Miguel Hidalgo, tal y como lo sostienen Gabriel Méndez Plancarte y don Antonio Gómez Robledo.
En cuanto a la filosofía, Gamarra ha sido “la personalidad que encarna en grado eminente esta reforma de la escolástica, hasta llegar a un libre racionalismo es Benito Díaz de Gamarra, nacido en Zamora, Michoacán, en 1745. Publicó varias obras entre las cuales la más importante es Elementos de filosofía moderna (1774); Academias filosóficas (1774) y Errores del entendimiento humano (1781). Díaz de Gamarra se considera a sí mismo como un ecléctico… Ya Gamarra no acepta servilmente la autoridad de Aristóteles y dentro de un espíritu de libre examen se permite enjuiciarlo, sobre todo, para hacer ver que su obra ha sido alterada y no se conoce al verdadero Aristóteles. La filosofía es para Gamarra ‘el conocimiento de lo verdadero, lo bueno y lo honesto obtenido por la sola luz de la razón y el ejercicio del razonamiento’. Y así en esta definición de sabor cartesiano Gamarra establece el principio del racionalismo en el cual habrá de educar a varias generaciones de discípulos” (En México y la Cultura. Secretaría de Educación Pública –Segunda edición–. México, 1961, pp.687- 709).
En cuanto a la influencia que Gamarra ejerció sobre Hidalgo, ya en ocasión anterior citamos lo manifestado por Gabriel Méndez Plancarte; sin embargo, la opinión de don Antonio Gómez Robledo desarrollada en la Conferencia pronunciada en el Auditorio Calvin Coolidge de la Biblioteca del Congreso, Washington, D.C., el 21 de junio de 1984, dentro del programa Juárez-Lincoln, es preciosa para nosotros los zamoranos: “En un terreno de filosofía pura, ajena, a fuer de tal, a la realidad concreta, está el doctor Juan Benito Díaz de Gamarra y Dávalos, miembro de la congregación del Oratorio, y quien, después de andar varios años por Europa, con el fin sobre todo de tomar contacto con la nueva filosofía, abrió cátedra en la villa de San Miguel el Grande, hoy San Miguel Allende (por haber sido cuna de uno de nuestros más esclarecidos libertadores), y el cual, Gamarra, no obstante haber fallecido antes de cumplir 40 años, alcanzó a escribir obras muy importantes, como Errores del entendimiento humano, tan variada y tan amena, y sobre todo tal vez la intitulada Elementa recentiorii, philosopkiae, “Elementos de filosofía moderna”…
En este último libro, de tan cierto influjo, como luego lo haremos ver, en el bachiller Miguel Hidalgo y Costilla, su autor rompe lanzas con la filosofía escolástica, autoritaria e impositiva, para acogerse, en cambio, a la filosofía que denomina ecléctica (o electiva en latín) la que elige libremente, en las distintas escuelas, “cuanto en ellas está bien dicho”.
La Disertación de Hidalgo, en conclusión, ocupa un lugar de honor en el movimiento renovador de nuestra cultura que tiene su mayor expresión, dentro de México en Díaz de Gamarra, cuya obra antecede en 10 años al trabajo de Hidalgo, y que por fuerza debió haber sido del conocimiento de este último. Entre Gamarra e Hidalgo nos despertaron, como habría dicho Kant, de nuestro sueño dogmático y fundaron, con los mexicanos desterrados en Italia, la filosofía mexicana de la Ilustración”.
A 265 años de distancia, qué orgullo para nosotros los zamoranos el que Benito Díaz de Gamarra sea natural de esta ciudad; pero también cuánto compromiso para que autoridades y ciudadanos honren la memoria de tan distinguido zamorano.

Jesús Álvarez del Toro – Presidente del Consejo de la Crónica Municipal

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Miguel Regalado, un zamorano iniciador del ejido
Sabado, 10.04.2010, 01:53pm (GMT-5)
Desde varios años antes del inicio de la Revolución Mexicana y en diversos escenarios geográficos del país, existía el clamor generalizado por parte de millones de peones acasillados y de peones libres, así como de indígenas que habían sido expulsados de su fundo legal, para que se les dotara de tierras para sobrevivir. En el occidente michoacano se distinguieron varios personajes que tuvieron que enfrentar, no sólo a los miembros de la acordada, sino al moribundo sistema porfirista. Por ejemplo, en la grandísima Hacienda de Guaracha, Juan Magdaleno Vázquez, desde las dos últimas décadas del siglo XIX, ya se había enfrentado a los amos de la Hacienda de Guaracha.

“Minuta de acuerdo firmada por Miguel Regalado cuando se apoderó de las tierras de Atacheo”.

En nuestra ciudad, Miguel Regalado haría lo propio en Atacheo en el año de 1911 y sería una lucha que terminaría el 10 de julio de 1924, con el primer censo que fue levantado por la Comisión Agraria de Michoacán para el reparto ejidal. Miguel Regalado y quienes lo apoyaron en la lucha por la recuperación de sus tierras, enfrentó a la poderosísima familia de los Hermanos García, familia que junto a las de los Dávalos, los Méndez Garibay y los Méndez Cano y los Verduzco, podían considerarse dueños del Zamora de aquel entonces.

El inicio del levantamiento armado de 1910 por don Francisco I. Madero despertó, en los obreros y jornaleros agrícolas del país, el brío renovado por alcanzar la justicia social que se les había prometido desde la lucha de independencia de 1810. Zamora no fue la excepción, ya desde años atrás, los peones de las haciendas se reunían y comentaban los acontecimientos que ocurrían en la geografía michoacana y algunos cuantos lograron organizarse. Y este es el caso de los peones de Atacheo, quienes con la fortaleza que da la organización, saltaron a la exigencia de restituir las tierras que por derecho les correspondían; y así lo manifiestan desde el inicio de sus actividades:

“Ciudadano. Jefe de Tenencia.- Atacheo.-

Con referencia al oficio de Ud. sin número, fechado hoy, en que se sirve comunicarme la actitud tomada por el C. Miguel Regalado, como comisionado o representante de ese pueblo pretendiendo recuperar unos terrenos que dice fueron del fundo legal del mismo, manifiesto diga al citado representante se abstenga de todo procedimiento violento que esta Prefectura reprobará; que sólo justificando con título legal ante quien corresponda, podrá obtener la devolución de los predios en cuestión.- Lo digo á Ud. en respuesta y como resultado de su oficio relativo.- Reitero a Ud. etc.= Sufragio= Zamora, á 10 de Agosto de 1911. El Prefecto:-“(Archivo Municipal de Zamora. Fondo: Prefectura. Sección: Justicia. Expediente 292. Caja 63. Año de 1911)

La respuesta a la anterior misiva no puede ser más elocuente: ““C. Prefecto del Distrito de Zamora.

Participo a Ud. que hoy día de la fecha acaba de ser en mi poder una carta con fecha del mismo dirigida por el Señor Miguel Regalado que como comisionado del pueblo para que aga valer sus derechos, me dice lo que en seguida copio:

C. Jefe de Tenencia.

Participo á Ud. que en esta fecha me á dado el pueblo poder amplio, cumplida y bastante, para que en su nombre y representación, proceda como convenga para quitar los terrenos que desde su origen fueron nuestros, y que ahora se encuentran en poder de barios dueños y por distintas causas.

Sería cansar su atención al decir á Ud. como an tomado posesión los nuevos dueños, únicamente me remito á manifestar a Ud. que tomando en cuenta las promesas que há echo a la Nación nuestro Libertador Don Francisco I. Madero, hoy paso con mi pueblo á tomar posesión de lo que en realidad somos, somos dueños.

Bien puede figurarse Ud. que al levantarme con mi pueblo, sería con fines contrarios a la paz de que disfrutamos. Pero mi fin es áser valer mis derechos, dando por primer paso, arrear todo el ganado que al parecer agosta en términos que llamamos nuestros, el que entregaré a Ud. el citio llamado la Huizachera, para que se sirva remitirlo há sus respectivos dueños. Esto conprobará a Ud. que no es con el fin que se pudiera suponer, aun que le advierto que si para esto hay alguna oposición de parte de Ud. de la casa García, por sus sirvientes, y demás, no extrañe Ud, que llo defienda mi derecho como se presente el caso.

Cuyo fin le suplico, se tome la molestia de mandar avisar con la mayor brevedad que abandonen cuanto antes sus hogares todos los cirbientes ubicados en dichos terrenos, para que no sufran alguna decepción, ó caso extraño por lo dicho, pues que ellos nos son culpables, como lo son sus amos.

Con lo expuesto quedará Ud. enterado del asunto, y llo satisfecho de aver cumplido con un deber.

Sirvase Ud. inmediatamente ordenar lo que fuere conveniente. Sufragio Efectivo no Reeleccion Atacheo. Agosto 10 de 1911. Jesús Delgado” (Ídem)

A raíz de este hecho, el prefecto de Zamora tiene que solicitar a las fuerzas federales acantonadas en nuestra ciudad, el apoyo de un piquete de militares para detener el acto que ya había iniciado Miguel Regalado, a lo que el jefe de armas interino de esta ciudad, el Capitán Primero Rafael Márquez se traslada a Atacheo con el propósito de lograr un acuerdo pacífico al conflicto suscitado y así lo hace, consiguiendo detener por un buen tiempo el reparto de las grandes propiedades existentes en el entorno zamorano. El Capitán Márquez logra acordar con las partes involucradas la firma de un acta en la que se llega a los siguientes acuerdos:

“En el pueblo de Atacheo municipalidad de Zamora, siendo las 5 cinco de la tarde del día 10 diez de Agosto de 1911 mil novecientos once presentes en la jefatura de este mismo lugar los ciudadanos jefe de tenencia J. Jesús Delgado, Jefe de la Escolta, Rafael Márquez y representante de la comunidad indígena de este propio lugar C. Miguel Regalado con el objeto de dar cumplimiento á la orden expedida por la Prefectura de este Distrito contenida en oficio número 325 de esta fecha relativa á los sucesos ocurridos en este lugar hoy por la mañana. Ynterrogado el señor Jefe de Tenencia por el Jefe de la Escolta, ya mencionados sobre la autorización que pudieran tener el mencionado Señor Regalado y sus representados para hechar fuera el ganado que pastaba en las propiedades de los señores García Hermanos, á lo que contestó que él no sabía qué facultades tendría el Señor Regalado para efectuar tal procedimiento, que únicamente recibió aviso por escrito según comunicación que presenta donde se le decía que en cualquier forma iba á hacer que el ganado fuera sacado de las propiedades ya mencionadas.

Ynterrogado de igual manera el Señor Regalado, contestó que sí había tomado la determinación que llevó á efecto de echar fuera el ganado de las propiedades de los señores García Hermanos, era en representación de los indígenas, de este pueblo y porque así se lo pedían quedando desde este momento obligado á dejar las cosas en el estado en que antes se encontraban y no volver á penetrar ni él ni su gente a dicha propiedad entretanto no gestiones por la vía legal y nuevo fallo de autoridad competente para cuyo fin propone como garantía para cumplir lo ofrecido al mismo Señor Jefe de Tenencia Dn. Jesús Delgado, quien manifiesta comprometerse en la mejor forma á que su fiado cumpla lo estipulado. Con lo que terminó el acto firmando de conformidad los que en ella intervinieron. Jesús Delgado (rúbrica) Rafael Márquez (rúbrica). Miguel Regalado (rúbrica). José Antonio Zepeda. Secretario (rúbrica)” (Ídem)

Será hasta 1924, cuando se inicie el proceso de reparto ejidal y en el que sobresalen algunos de los nombres que hicieron posible uno de los ejidos más ricos no sólo del estado de Michoacán, sino a nivel nacional: como representante comunal, José Prado, el incansable líder agrarista Juan Gutiérrez y algunos nombres que no se olvidan a través del tiempo, tales como Eduardo Gobea, José Pulido, Juan Chavarría, Manuel Hernández, Felícitas Martínez, Rafaela Alanís, Magdaleno Gallegos, Cecilia y Francisco Vaca, Juan Salas y Francisco Magdaleno, por sólo mencionar a algunos de los iniciadores del ejido zamorano.
Jesús Álvarez del Toro – Presidente del Consejo de la Crónica Municipal

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Jesús Álvarez del Toro – Crónica de la desgracia
Sabado, 24.04.2010, 02:36pm (GMT-5)
Los periodos en que nuestra ciudad ha crecido económicamente, todos han tenido que ver con la producción agrícola. Así se manifestó a lo largo de la época colonial, donde nuestra entonces villa sirvió de asiento a las familias de grandes terratenientes, que explotaban cantidades enormes de latifundios en el occidente del Estado.

Posteriormente y siendo presidente del Banco de México don Lucas Alamán, en 1844 para ser precisos, algunos zamoranos de aquel entonces le solicitaron préstamos “blandos”, con el propósito de industrializar el entorno regional, puesto que la incipiente industria zamorana se debatía en la producción de rebozos y en la curtiduría de pieles, actividades éstas que estarían presentes hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX y enfocada en un enclave que recién se había extendido por el “nuevo madrigal”.

El detonante de la actividad comercial basado en la agricultura se presenta con la llegada del ferrocarril en el último año del siglo XIX. Este medio de transporte será el que posicione a la ciudad con el resto del país. Sin embargo, existía un elemento que respondía a un régimen político que se ejercía con crueldad: la monopolización de la tierra en unas cuantas manos. Este suceso hará que las condiciones de un campesinado atosigado por las deudas eternas que contraían con las tiendas de raya de las haciendas, se manifiesten primeramente solicitando por la vía pacífica una mejor distribución de la tierra y posteriormente lo hará a través de un levantamiento armado: la Revolución Mexicana.

Nuestra ciudad se caracterizará por posiciones encontradas; mientras que los peones que servían a las haciendas de la localidad se organizan para solicitar las tierras que por diversas argucias legales les habían sido expropiadas, es el caso de Miguel Regalado, José Prado –que venía de Chilchota– y Juan Gutiérrez Flores; otro buen número de jornaleros se había avecindado en esta ciudad huyendo de las amenazas de los hacendados, acordadas y un buen número de clérigos que prometían el infierno tan temido a todo aquel que aceptara el reparto de las tierras que pertenecían “legalmente” a los “señores”. Así, el pequeño núcleo zamorano se ve incrementado de una manera sustancial.

Miguel Regalado quien se había dado de alta en el ejército zapatista y al que se le había otorgado el grado de Coronel, será asesinado en 1918 (¿) y a pesar de que, como dijimos hace quince días, en 1924 se levantaría el primer censo agrarista y se otorgarán algunos repartos, será hasta junio de 1936 cuando Lázaro Cárdenas del Río entregará a los zamoranos 4 mil 814 hectáreas para laborarlas conforme a la figura de ejido. De éstas, poco más del 40.29% serán tierras de riego y un 50.06% aproximadamente serán de agostadero y comunales y una mínima cantidad, el 9.6% de temporal.

A 74 años de aquel episodio que forma parte de nuestra historia local, vemos hoy con profunda tristeza que cientos de hectáreas de aquel reparto ejidal han sido sepultadas por el cemento, gracias a las reformas implementadas por Carlos Salinas de Gortari, aderezado con el TLCAN que vino a desquiciar la producción agrícola nacional, con dos elementos que se han convertido en desgracia nacional: perder la soberanía alimentaria y depender de las exportaciones para satisfacer la canasta básica, más la modificación sustancial del entorno ecológico y del clima.

Esta complejidad nos lleva a reflexionar sobre el futuro inmediato de nuestro municipio, sobre todo de la cabecera municipal que crece desgarrando los pulmones que alguna vez purificaron el aire que respiramos y que hoy se encuentra bajo toneladas de cemento, arrasando con la actividad agrícola. Y aquí la culpa ha sido de todos quienes habitamos y vivimos en Zamora; no quisimos ni pudimos organizarnos para paliar el vendaval de una promesa política enajenante que risiblemente nos ubicaba codeándonos en el club de los países del primer mundo, en tanto que nos convertíamos en importadores de maíz.

Algo habrá que hacer para poder rescatar, aunque sea en mínima parte, la porción de tierras de excelente calidad agrícola que aún nos quedan. También habrá que recuperar las lecciones que nos dieron Miguel Regalado y Juan Gutiérrez Flores, por sólo mencionar a dos de los más activos líderes agrarios del municipio. Y no se trata aquí de que todos, de la noche a la mañana, nos convirtamos en ecologistas, y mucho menos caer en la ilusión de las democracias partidistas; se trata sí de buscar un cambio profundo que nos dé certeza de vivir mejor en ese futuro inmediato del cual hablamos; porque de otra forma terminaremos todos por ser cronistas de desgracias inmediatas.
Jesús Álvarez del Toro

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Jesús Alvarez del Toro – Del centenario del bicentenario
Domingo, 09.05.2010, 01:22pm (GMT-5)
Hace justamente 100 años, un siglo, que quienes nos antecedieron en este que fuera ubérrimo valle habían propuesto diversas actividades para celebrar el centenario de la lucha de independencia. Ya hemos mencionado en diversas ocasiones que se habían propuesto realizar obras que perduraran como recuerdo digno de quienes habían ofrendado sus vidas por liberar a la Nueva España de la metrópoli española. Recordemos que la construcción del Mercado Hidalgo, hoy pasaje de los dulces, se programó para terminarse como una de las obras del centenario; sin embargo por causas diversas en la contratación de obra, no pudo inaugurarse sino hasta años después; lo mismo ocurrió con el reloj de Catedral.

Sin embargo, existieron algunos hechos alejados del boato porfirista tan presente en nuestra ciudad, que hablan, por una parte, de la trascendencia y, por la otra, de la solidaridad, valor hoy en proceso de extinción. Si bien es cierto que en nada se descuidó el programa elaborado por una junta creada ex profeso para celebrar el centenario de la lucha de independencia nacional; dicha junta estuvo presidida por Luis A. Herrera y contempló actos que, para aquel entonces, serían espectaculares, como la inauguración del reloj de la catedral que tuvo que ser golpeado por martillo, dado que la maquinaria que haría tocar las campanas a las 11 de la noche del 15 de septiembre, no funcionó. El Mercado Hidalgo, en construcción, se habilitó como salón para que el festejo del Centenario se realizara con la solemnidad adecuada.

La iglesia católica, por su parte, no dejó a un lado el festejo del acontecimiento del que fue actor principal, ya que si tomamos en cuenta la participación directa de una parte importante de su jerarquía, en el movimiento libertario: Hidalgo, Michelena, Sixto Verduzco y José María Morelos, para citar sólo algunos de los sacerdotes participantes en la lucha armada, puso en marcha una reflexión a partir de un documento del Papa Pío X, en el que invitaba a celebrar dicho centenario; en Zamora tocó al Obispo Othón Núñez lanzar un manifiesto de invitación para celebrar cristianamente el inicio de la Independencia.

En este contexto se ubican los elementos que nos hablan de una celebración del centenario un tanto diferente a lo estipulado en la junta creada para celebrarlo: Primero, el rasgo de solidaridad humanista en apoyo de los caídos en desgracia y, en segundo lugar, la puesta en marcha de una institución de salud que hoy continúa en servicio.

“Al ciudadano administrador de rentas. Ciudad.

Tengo la honra de remitir á Ud. la suma de $118.97. Ciento dieciocho pesos noventa y siete centavos procedente de donativos que hasta la fecha se han reunido entre los presos de la cárcel penitenciaria de esta ciudad, con destino á la compra de uniformes para los mismos presos; siendo dichos donativos como lo expresa la lista de la cual acompaño a Ud copia literal, suplicándole, si para ello no hubiese inconveniente, se sirva conservar la mencionada suma, así como las demás cantidades que se reúnan en calidad de depósito, hasta que se complete el importe de los uniformes que se proyecta sean estrenados por los presos en el centenario de la Yndependencia Nacional.

Renuevo á Ud. las consideraciones de mi distinguida consideración y particular aprecio. Yndependencia y libertad, 3 de noviembre de 1910.

El Prefecto” (AMZ. Ramo: Hacienda. Exp. 7. Caja 23. 1910)

Posteriormente y a un mes de distancia, el siguiente documento nos ubica en el proceso de desarrollo que buscaba nuestra ciudad: “Recibí de la prefectura de este lugar la cantidad de $4,67 valor de 6 gruesas de cohetes para la festividad de la colocación de la primera piedra del hospital civil. Zamora, Zamora, octubre 18 de 1910 Francisco Zamano.” ( AMZ. Ramo: Hacienda, Exp. 29. Caja 23. Año de 1910).

En este mismo año, la situación política del país no pasa desapercibida en nuestra ciudad y se festeja lo que será el último periodo de Porfirio Díaz como presidente de la República, un mes antes del inicio de la Revolución Mexicana, el festejo le cuesta al municipio por la audición musical de la orquesta del maestro Petronilo González: “Recibí de la Prefectura del Distrito, la suma de $ 8.00 ocho pesos, por audición que dio la Banda, el día 23 de octubre próximo pasado; con motivo de la toma de posesión del nuevo periodo Presidencial del Sr. General Díaz. Zamora, Noviembre 7 de 1910. Petronilo González” (rúbrica) (Ídem).

Estos hechos fueron parte de las celebraciones del Centenario de la independencia nacional y que en este año, será el centenario de tal celebración. ¿Seremos los zamoranos capaces de realizar algunos eventos de interés regional, para celebrar bicentenario y centenario?

Jesús Alvarez del Toro – Presidente del Consejo Municipal de la Crónica

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Jesús Alvarez del Toro – Los temores en la Revolución
Sabado, 05.06.2010, 07:46pm (GMT-5)
Seis meses después del inicio de la Revolución Mexicana, Zamora era, todavía, una ciudad tranquila; esta tranquilidad vendría a ser alterada por tres hechos significativos: la toma de la ciudad por los hermanos Irineo y Melesio Contreras; los rumores, y el levantamiento de los lugareños por el reparto de tierras acumuladas en unas cuantas manos y lidereados por Miguel Regalado.
En mayo de 1911 y después de haber realizado un trabajo de convencimiento al interior de las tropas que resguardaban a la ciudad, Irineo y Melesio Contreras toman la ciudad a nombre de don Francisco I. Madero, quien se había manifestado en contra de las múltiples reelecciones de Porfirio Díaz en la Presidencia de la República.
Tres meses después de la toma de la ciudad, sin derramamiento de sangre, como se lo hace saber al propio Madero, Irineo Contreras, los rumores en la ciudad se desatan. Ya había sido sustituido el prefecto Francisco de Padua Aguado a solicitud de los propios zamoranos y era Presidente Municipal don Luis Padilla Matos, cuando recorre la ciudad el rumor de que la ciudad sería atacada por el Coronel Jesús García, tal y como lo muestra la siguiente correspondencia que se da entre Zamora-Uruapan y Morelia:
De Zamora á Morelia.- El 4 de Agosto de 1911-
C. Secretario de Gobierno.-
Sabe esta Prefectura de fuentes seguras que titulado Coronel Jesús García tiene en pié de guerra 680 hombres Uruapan, dotados buenas armas, bastante parque, mayor parte gente licenciada ayer ha salido hoy rumbo probablemente incorporarse con García, A los Reyes telegrafio á Bernardo Cervantes llamándolo gente pudiera reclutarse. Ayer mensajeo á Coronel Rafael Amezcua pidiéndole bombas dinamita y hombres que se rehusó á mandar ese pundonoroso jefe con quien cuenta esta Prefectura por ser cumplido y de absoluta confianza. Temo existan poderosas razones para ello, que destaque sobre esta plaza partida competente á atacarle. Para resistir, no se remota agresión, necesito armas y parque de que carece los 4000 cartuchos que mandó el Gobierno de Arévalo, Irineo Contreras dispuso de ellos 17 de mayo urge resuelva esa Superioridad violentamente.-El Prefecto”. (AMZ. Fondo Prefectura. Sección Justicia. Expediente 26 II. Año de 1911. Caja 63).
“Telegrafos del Estado de Michoacán. De Morelia a Zamora. 5 de Agosto de 1911. Sr. Prefecto.
Tengo razones fundadas para creer que es falso que García mantenga en pié de guerra seiscientos ochenta hombres en Uruapan y sé que no pasan de cien. En cuanto al temor que Ud. abriga de que sea atacada esa plaza por la fuerza de dicho jefe puede estar seguro de que este gobierno impedirá oportunamente la agresión, mandando con toda urgencia la fuerza que fuere necesaria. Sirvase seguir informándome.
Felipe Tena” (Ídem).
“Telegrama. De Uruapan a Zamora. 10 de Agosto de 1911.- Sr. Prefecto.
Sirvase Ud. desmentir las versiones que han corrido de que las fuerzas que guarecen esta plaza pretenden atacar esa ciudad pues es de todo punto inexacto y si se producen tales alarmas no son sino los medios de que se valen los enemigos de la causa que de alguna manera pretenden desprestigiarla por acá el orden y la tranquilidad públicas se conservan inalterables.
Del mayor de órdenes, Srio. de despacho. David Marín Quiróz (rúbrica).” (Ídem).
“De Zamora a Uruapan.- El 11 de Agosto de 1911. C. Mayor David Marín Quirós. Tengo datos seguros de que versiones alarmantes circularon esta, carecen fundamento. Aquí, como ayá, impera el orden y se conserva inalterable tranquilidad; pero si surgen dificultades Prefectura de mi cargo pondráse á la altura de su deber. El Prefecto;-“(Ídem).
“De Zamora a Morelia.- El 17 de Agosto de 1911.- C. Secretario de Gobierno. Corren versiones de que Coronel Jesús García fugóse Uruapan y hallase Paracho con pronunciados. Atentamente suplico esa Superioridad informar esta prefectura si tal noticia es cierta. El Prefecto” (Ídem).
Sin embargo el germen de la lucha ya había incubado en una buena parte de la población. Las injusticias vividas a lo largo del periodo porfirista y en una región como la nuestra la concentración y despojo de las tierra comunales, fueron caldo de cultivo para el inicio de la Revolución en Zamora. Así lo demuestran las primeras y tímidas manifestaciones a favor de la lucha iniciada en 1910:
“De Zamora a Morelia.- Septiembre 25 de 1911.- C. Secretario de Gobierno.-
Ayer a las 5 P.M. un grupo como de 100 personas de los Clubs ‘Francisco I. Madero’ y ‘Deportivo Militar’, sin permiso esta prefectura recorrió algunas calles llevando cartelón, protestando contra un artículo del periódico ‘La Bandera Católica’. Inmediatamente tuve conocimiento mandé disolverlo. ¿Debo imponer alguna pena á manifestantes ú organizadores por no haber solicitado licencia? El Prefecto;- (AMZ. Fondo Prefectura. Sección Justicia. Expediente 40 II. Caja 63. Año 1911)
“Telegrama. De Morelia a Zamora. Sr. Prefecto. Con relación a su mensaje de ayer, el C. Gobernador acordó manifestara a Ud. no sería conveniente imposición multa á organizadores manifestación a que se refiere; pero sí recomienda le haga saber al público que para hacer tales manifestaciones, deben pedir permiso a la autoridad y constituir un responsable á satisfacción de la misma, de lo que pueda ocurrir. El oficial mayor encargado del despacho. Ygnacio Zavala” (Ídem).
Como vemos, el inicio de la Revolución en nuestra ciudad aún se manifestaba incipiente, ya vendrían después elementos sustanciales en los que participarán los zamoranos como los Magaña Cerda y la representación en el Congreso Constituyente de Querétaro con don Francisco J. Múgica.
Jesús Alvarez del Toro – Presidente del Consejo Municipal de la Crónica

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Jesús Álvarez – Minihistoria de San Francisco
Domingo, 10.10.2010, 12:26pm (GMT-5)
El Convento de San Francisco de nuestra ciudad se autorizó en 1716 con el envío de dos religiosos franciscanos y con el manifiesto propósito de fundar un Hospicio en la Villa de Zamora y no es sino hasta 75 años después en que se da a conocer el acta de su fundación, el 26 de mayo de 1791. Por el Convento franciscano de Zamora pasaron algunos frailes y seglares de fama reconocida, tales son los casos de Fray Ignacio Marcos de Jaramillo, su fundador, y Vicente Santa María, así como el padre del introductor de la filosofía moderna a la Nueva España: Don Diego Díaz de Gamarra, quien se desempeñó como síndico del convento durante un buen número de años.

El 19 de enero de 1863 un incendió consumió el convento quedando el espacio que ocupaba en un gran solar. 18 años después de ocurrido el siniestro Nicolás Dávalos, José María Jiménez, José María Arceo Ramírez, Arcadio Dávalos, Francisco C. García, Luis G. Plancarte, J. Ochoa R. Méndez, Ramón García Romero, Luis G. García, Ramón M. López, M. Méndez López, Maximino Verduzco, José María Carranza, Francisco Navarro, Jesús Trujillo, Evaristo Cano, Francisco Hurtado, Antonio Méndez Padilla, Jesús del Río, José María del Río, Ramón G. Ballejo y Arcadio H. Orozco, mediante oficio dirigido a los munícipes zamoranos, les hacen saber que a poco menos de un mes de que el convento fuera destruido por el fuego, habían solicitado al Presidente de la República “no se enajenase el sitio en que estuvo ubicada la Yglesia de San Francisco de esta ciudad, destruida por un incendio, y se nos permitiese, reedificarla; con fecha 5 de abril del mismo año, aquel Supremo Magistrado de la Nación tuvo á bien acordar se nos concediese lo que pedíamos bajo la condición de que el Ayuntamiento de este mismo lugar, designase el objeto á que se había de destinar el expresado terreno, según todo consta de la nota oficial de la Secretaría de Estado y del Despacho de Hacienda y Crédito Público que en una foja útil acompañamos á este ocurso, y pedimos que mandándose copia en el expediente que debe formarse se nos devuelva el original”. (Archivo Diocesano de Zamora, “Martín de Tours”. Expediente: Diócesis, Gobierno, Parroquias. Sagrario, Escrituras, de 1849 a 1905)

Al recibirse la anterior misiva, se cita, a través del Ayuntamiento, a una reunión a las tres de la tarde del 26 de marzo de 1881. En dicha reunión, efectuada en la Sala de Acuerdos del Ayuntamiento, “se acordó nombrar, según propuesta de don Arcadio Dávalos, a una comisión o junta menor, encargada por el vecindario de promover todo lo conducente a la consecución del objeto que ha manifestado el vecindario, respecto del uso y aprovechamiento de la localidad cedida… Dicha junta tendrá la representación del vecindario en el asunto que se versa y podrá hacer en su nombre, sin limitación las gestiones convenientes al logro de sus miras y a la realización de las obras expresadas” (Ídem). La conformación de la junta fue electa por unanimidad, quedando en ella las siguientes personas: “Don José María Jiménez; Don Epifanio Jiménez; Don Arcadio Dávalos; Don Francisco C. García; Licenciado Don Jesús Ochoa; Don José María Arceo Ramírez; Don Ramón G. Vallejo; Don Jesús Trujillo y Don José María Carranza” (Ídem).

Las gestiones fructificaron, ya que don Arturo Rodríguez Zetina nos dice “que en la Santa Iglesia Catedral constan los gastos erogados (para la reconstrucción de San Francisco), la cual se estrenó el 4 de noviembre de 1887. Sin embargo, todavía en junio 23 de 1899, el Secretario General de Gobierno del Estado de Michoacán, don Jesús Rubio, afirmaba en oficio al Presidente Municipal de Zamora: “que aunque no estén en esta administración, datos del fraccionamiento que se hubiera verificado de la huerta que perteneció al ex Convento de San Francisco en esta ciudad, sin embargo, de los datos privados que he podido adquirir de personas conocedoras, al par que abonadas, se viene en conocimiento que allá por los años de 1881 a 1883 se inició la cesión de alguno que otro lote, en favor de familias pobres del mismo lugar pero sin formalizarse las adjudicaciones con título alguno escrito, pues esa merced, pasado tiempo, no llenó el deseo apetecido; las personas agraciadas desocuparon aquello y el espacio todo, vino a quedar primero, bajo el dominio del Ayuntamiento y, después, por arreglos con la Secretaría de Hacienda, durante la administración del C. General Manuel González, adjudicado al Sr. D. Arcadio Dávalos ya finado. En la actualidad y sin que se pueda decir cómo se arregló la edificación correspondiente, el estío de que vengo hablando, contiene en la parte oriental toda una casa dividida en dos partes para el asilo de niños y de niñas; en la acera que mira al sur, una Escuela de Artes y Oficios; un Monte de Piedad con pocos fondos, una casa habitación para el Señor Canónigo Don Esteban Méndez a cuyo cargo está el templo de Nuestra Señora de Guadalupe, casa reconstruida en lo que constituyó la sacristía del extinguido templo de San Antonio” (Ídem).

Esta es pues la minihistoria de una de las iglesias que conforman nuestro centro histórico y uno de los espacios a donde concurren miles de zamoranos.

Jesús Álvarez del Toro

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Hidalgo en Zamora y la misteriosa dama que lo acompañó
Viernes, 10.09.2010, 08:16pm (GMT-5)
Presidente del Consejo Municipal de la Crónica

Inmersos ya en las festividades del Bicentenario del inicio de la lucha de Independencia nacional, habrá que repensar y discutir ampliamente sucesos y nombres de quienes hicieron posible la libertad de los subyugados de la Nueva España, y con ello, la creación de un nuevo Estado nacional. No hay duda que el proceso de mitificación a que han sido sometidos nuestros héroes, trasciende el imaginario colectivo de la sociedad, colocándolos en un pedestal difícil de alcanzar y comprender y alejándolos del ser humano que fueron y que representaron ideales y ambiciones terrenales, como cualquier otro ser humano.

En una extensa carta de Manuel de San Juan Crisóstomo, dirigida a Don Lucas Alamán, desde la ciudad de Guadalajara, 39 años después de que Hidalgo pasó por la entonces Villa de Zamora, recuerda un acontecimiento que despertó suspicacias no sólo en Zamora, sino en Valladolid y Guadalajara y que acrecentó el mito de don Miguel Hidalgo y Costilla. La Carta Sobre la “misteriosa dama” que acompañó a Hidalgo a Zamora y Guadalajara, deja entrever no sólo las dificultades propias de una lucha cruel, sino el rumor y la insidia que, de manera permanente, acompañaron al Padre de la Patria. La parte medular de la misiva dice: “He indagado todo lo posible sobre Fernandito. Traíalo en su mismo coche Hidalgo desde Morelia a Zamora. En este lugar paró el cura en casa de Veracochea, que se escondió de gusto, por tales huéspedes. La Señora de él, que se apellidaba Guzmán, hizo los honores de la casa, y á ella quedó muy recomendado aquel niño por Hidalgo mientras este fue á asistir al Te Deum en la parroquia.

“Para cumplir mejor la Señora Guzmán, con su encargo, se quedó en la pieza del niño á platicarle y cuidarlo muy de cerca. La curiosidad fue la causa de tanta cortesía, y no fue burlada. La inocente niña se entregó, y aun el cura no volvía de la Yglesia cuando ya todo Zamora sabía, que el Generalísimo conducía una muchacha, convertida en militar, y muchas amigas de la Guzmán afectando interés por el niño, la habían ido a ver, oir y palpar. El General Hidalgo que dio mil pruebas de no ser el más vivo y penetrante hombre, le dio las gracias a las malignas compañeras, que halló haciendo la corte á la Marianita. Con mucha seriedad y afecto, les habló del jovencito, del interés que tenía en él, y el cariño que le había merecido desde niño. ¿No sería muy cómica esa ocurrencia? Las señoras se manifestaron muy crédulas, hicieron ademanes de convencimiento a cuanto decía el cura, elogiaron la hermosura y escultura del joven y concluyeron al despedirse, con darle cada una su estrecho abrazo, conforme la costumbre del país. No había un diez por ciento de amigos de Hidalgo, en la clase acomodada y en los pueblos y lugares, por donde anduvo.

“Las señoras principalmente se pronunciaron contra él y lo veían como a un sicofanta, o monstruo, cual los que figuraban los antiguos, en las Livias. Por otra parte la presencia, la fisonomía, la conversación de Hidalgo eran vulgares, ordinarias, y sin atractivo é incapaces de causar prestigio á sus mismos entusiastas. Esta circunstancia influía mucho, me han asegurado personas afectas á la causa de Hidalgo, que calmaron su entusiasmo con solo conocerlo, en la falta de concepto, que del jefe concibió todo Guadalajara y en el desapego con que se manifestaron todos, cual más, cual menos, cuando se les invitaba por algunos de los más exaltados, á que siguieran aquellas huestes, ó se declaren por la causa, consagrándose a su triunfo. Agregabase á ello la ridiculez del vestido que adoptó, y la bufona corte, que le acompañaba, y de la que estaban siempre lejanos y ausentes Aldama, Abasolo y Allende. Estos oficiales, que no carecían de buenas cualidades y dejaban ver algo del carácter marcial, y aventurero que tan bien cuadraba a su situación, se esparcían en las tertulias á ridiculizar y maldecir al cura de Dolores. Teniendo estas reflexiones, presentes, se viene al alcance fácilmente, lo que se imaginarían las señoras de Zamora, de la joven Fernanda, y los cuidados del cura por ella. Veían, pues, a la ninfa misteriosa sacrificada al sátiro, como á Syrinx perseguida por Pan, y no obstante, que allí eran sabidas las íntimas y sospechosas relaciones que entre el cura y la Madre de la joven existieron, en contra de uno y otro, no se quiso ver en Hidalgo al padre de ésta, sino al viejo libertino que había recibido ese regalo de la misma mujer, que debía haber cuidado de la inocencia y candor de la muchacha. Una de esas señoras que vive ya con muchos años encima, en esta ciudad, me ha referido, que el juicio que de este hecho formaron ella y sus amigas, fue el mismo que de las fieras pone el toro en la boca de Dafne…

“…Aunque mezclaban a ese juicio la idea del ridículo, por la del cura, y del sacrilegio, por su estado. El genio natural del sexo inspiraba grande curiosidad ya a la señora Guzmán, ya á sus amigas y á cada momento creían sorprender una escena cual la del Ermitaño con Angélica cuando extraviada y errante en los bosques, buscó un asilo y camina para de nuevo emprender sus aventuras: más nada hallaron en ocasión alguna de reprensible, lo que aumentó la confusión, y cooperó mucho á la novelería, de que el cura traía consigo á aquella niña para hacerla pasar por Fernando y ocultar de ese modo el sexo, y las relaciones, que con él había contraído. Jamás el cura, intentó hacer creer aquella patraña, y sólo ‘la dejaba correr’” (Lucas Alamán Papers, 1598-1853, Benson Latin American Collection, University of Texas Libraries, The University of Texas at Austin. Documento 286).

Nuestra ciudad –Zamora—fue, pues, uno de los puntos del eje Valladolid-Zamora-Guadalajara, que terminó en la capital de Jalisco, y donde la gente hizo correr el rumor de que el atuendo de Fernandita era para cubrir la personalidad de Fernando VII.

Jesús Álvarez del Toro

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Zamoranos que participarían en la exposición universal de París en 1900
Viernes, 27.08.2010, 11:20pm (GMT-5)
Presidente del Consejo Municipal de la Crónica

Hoy, cuando los zamoranos hemos perdido la cuadratura al círculo en cuanto a la producción agrícola y por ende al crecimiento económico, no está por demás recordar tiempos que fueron mejores. Así también recordar algunas actividades económicas que en nuestros días han quedado en el olvido, como por ejemplo la elaboración de cigarros, la pintura y la escultura y que los descendientes de quienes aquí se mencionan, honren la memoria de sus antepasados.

Corría el año de 1898 y nuestra ciudad vivía un auge importante en cuanto a la participación de los diversos sectores de la sociedad. Las mejoras en Zamora se presentaban de diversas maneras: introducción del agua potable, introducción del servicio eléctrico, introducción de líneas telefónicas particulares y del telégrafo. Por este mismo tiempo, el Gobierno del Estado lanzó una convocatoria para la exposición de París, ciudad que deseaba conmemorar de manera espectacular la entrada del siglo XX.

El prefecto y el presidente municipal de nuestra ciudad se dieron a la tarea de elaborar un censo –digno– de los productos que podrían ser expuestos en la feria internacional de Paris.

“Lista de las personas de este municipio que tienen objetos o productos industriales dignos de ser exhibidos en el Certamen Internacional de París, de 1900.

Por razones de espacio, la transcripción del documento lo haremos citando los nombres y los objetos que producían por actividad económica:

Productores de maíz, trigo, cebada, garbanzo y otros productos agrícolas: Lic. Francisco C. García y H; Antonio Méndez Padilla; Octaviano García; Luís Verduzco López; Francisco Del Río Sánchez; Luís del Río; Mariano Verduzco Quiroz; Felipe Verduzco; Arcadio Matos; Benito Magaña; J. Jesús Torres; Estanislao Cabrera; Maximiliano Méndez; Juan Pérez Barquín; Antonio Plancarte; Diego Verduzco del Río; Ignacio Magaña; testamentaria de José María Arceo; testamentaria de Epifanio Jiménez.

Productores de harinas de trigo: Arcadio H. Orozco, Ygnacio Méndez Padilla, J. Jesús Bustamante, Vicente Alejandre, Luisa Padilla de Igartúa.

Productores de tabaco y fabricantes de cigarros de varias marcas: Arcadio H. Orozco, Eudoxio Vaca, Próspero García, Prisciliano García y Ramón Padilla.

Productores de rebozos de algodón: Camilo García, Agapito Méndez, J. Jesús Villanueva.

Productores de vinos de parra: Miguel Jiménez.

Productores de bordados: Coli de Mares.

Costureras, bordados y flores de lienzo: Ma. De Jesús Barajas y María Concepción Urbizu.

Pintores sobre lienzo: Eulogio Gallardo, Pbro. Luis G. Orozco, Pbro. Ramiro Sánchez.

Flores y frutas de cera: Ma. De Jesús Castellanos.

Esculturas de madera: Francisco Domínguez”.

Zamora. Noviembre 12 de 1898. (Archivo Municipal de Zamora. Ayuntamiento. Expediente 30. Relativo a la exposición internacional de 1900 en París. Caja 27. Año de 1898).

Jesus Alvarez del toro
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Recordando la Revolución en Zamora
Sabado, 14.08.2010, 07:15pm (GMT-5)
Hace poco más de cuatro décadas, falleció mi abuelita materna, doña Petra Chávez de del Toro, quien me ilustró hasta el cansancio sobre sucesos ocurridos en el periodo revolucionario, tanto los sucedidos en Guarachita, hoy Villamar, como los que se presentaron aquí en Zamora. Los sufrimientos a que se enfrenta la sociedad que no participa de manera directa en las acciones armadas, son lección que las naciones no debieran olvidar. La producción deja de cumplir con su cometido; se escasean los alimentos y se incrementan los costos de los mismos creando inaccesibilidad de la población para satisfacer sus necesidades más primarias, por sólo mencionar alguno.

Los apellidos de Amaro, Villa, Carranza, Síntora y Múgica me fueron familiares desde aquel tiempo; así como también me fueron familiares los procesos de conveniencia de los participantes de los movimientos sociales; en contra de proyectos ideológicos y sustentados en las necesidades sociales. Tradicional y acendradamente católicas, miles de familias optaron por oponerse de forma sistemática a quienes atentaban, así fuera sólo de palabra, en contra de la iglesia. Y ello ocurrió con Amaro e incluso con Jesús Síntora. Y ya que hablamos de éste, cuando estuvo en esta ciudad, no dejó de realizar hechos que contaron con el repudio de la sociedad de aquel entonces.

Jesús Síntora había pertenecido a las fuerzas comandadas por Victoriano Huerta, y a la derrota y huida del país de éste, Síntora se trasladó a las fuerzas de Francisco Villa y como tal asumió la ocupación de la plaza de Zamora. Amaro y Síntora se convirtieron muy pronto en los amos y señores del Zamora de aquel tiempo. Impusieron préstamos forzosos a los más selectos adinerados y a la iglesia y a quienes no lo aceptaban, tomaban medidas drásticas, como la que a continuación narro de la que fuera famosa tienda “La Sorpresa” en el portal Morelos de nuestra ciudad:

“En la Ciudad de Zamora á los 25 días del mes de octubre de 1915 habiendo tenido noticia esta Presidencia de que la tienda llamada ‘La Sorpresa’ perteneciente á la extinguida sociedad ‘Enrique Ruiz S. en C’ fue confiscada en el tiempo que las fuerzas villistas ocuparon esta Plaza, há mandado, conforme con las funciones de su empleo, que se practiquen las diligencias conducentes al esclarecimiento de los hechos, levantando desde luego un acta de la visita y reconocimiento que se haga del local que ocupaba dicha negociación mercantil, formando un inventario detallado de las existencias que aparezcan en mercancías, enseres, etc.

En virtud de esta disposición el C. Presidente del H. Ayuntamiento, Victorino Flores, acompañado de su secretario, se trasladó al local mencionado, que se encuentra en la esquina del Portal Morelos, Manzana tercera del cuartel primero; é instalados allí y estando presente el ingeniero Ygnacio Ochoa Villagómez, representante legítimo de la señorita María Teresa Arcaraz, heredera única de los bienes pertenecientes á la intestamentaria de la señora Margarita Figueroa, que fue el socio comanditario de la cita negociación mercantil, declaró:

= Que el día seis de agosto próximo pasado recibió orden del General Jesús Síntora comunicada verbalmente por el Teniente Luis G. Cárdenas que era entonces el Presidente Municipal, de que hiciera entrega inmediatamente al Capitán Emilio Mora de las mercancías, encargos y valores en Caja pertenecientes á la extinguida Sociedad ‘Enrique Ruiz S. en C’, cuya entrega debería hacerse de conformidad con el inventario y liquidación que ocho días antes se había terminado”. (AMZ. Fondo, Prefectura. Sección Justicia. Año de 1915. Expediente 42. Caja 70).

Después de otros puntos que aparecen en el acta y con el respectivo inventario, ésta se da por terminada “agregando además, que al día siguiente de haber comenzado la entrega de las mercancías pertenecientes a la negociación mercantil de referencia, tanto al señor Ignacio Ochoa Villagómez como el Sr. Lic. J. María Pérez, el primero como representante de la Srta. Teresa Alcaraz y el segundo como abogado de la intestamentaria, se presentaron ante el mismo Sr. Gral. Síntora solicitando que revocara la orden de entrega de las mercancías, mostrándole una copia certificada de la declaratoria dictada por el juez 1° de letras de este Distrito, apareciendo que en el juicio de sucesión de la Sra. Margarita Figueroa había sido declarada legalmente su hija Teresa Alcaraz única heredera de los bienes todos de la finada su madre doña Margarita Figueroa, entre los que figuraba muy especialmente las mercancías, enseres y demás, de la negociación mercantil; pero que el Sr. General Síntora no obstante que se enteró de dicho documento contestó que las personas que le habían hecho el denuncio de esos bienes le dijeron, “que pertenecían al Sr. Gral. Francisco José Múgica”, y que siendo esta persona uno de los enemigos de la causa que él defendía quedaban comprendidos dentro de la orden de confirmación que había recibido del Sr. Gral. Villa; y lo único que pudieron conseguir fue que se les devolvieran algunos libros de la contabilidad que se llevó en la negociación durante el periodo que la administró el Sr. Enrique Ruiz, como socio industrial que fue de ella” (Ídem).

La perversidad de Síntora en contra de quienes habían abrazado la causa constitucional es del todo manifiesta, al acusar a don Francisco Mújica de ser el propietario a trasmano de la testamentaria Teresa Alcaraz; sabedor, Síntora, de los intereses políticos que aquí tenía el General Múgica, más aún el testimonio que presenta un testigo de aquel hecho: más adelante y en foja encabezada con el título de Acuerdo Importante, se lee en el segundo párrafo: “Manda que se examine al testigo Julio Guerrero quien presenció que el 6 de agosto próximo pasado estando en la consigna juntamente con otros presos entró un grupo de personas a hablar con el Teniente Coronel Luis G. Cárdenas y pudo oír que le propusieron que se denunciara ante el Gral. Síntora la existencia de la tienda de Alcaraz como perteneciente a un Carrancista de nota como lo es el Gral. Francisco José Múgica. Esto se lo platicó Julio Guerrero a Dn. José María Morfín quien tiene un tendajón por Naranjos”.

Julio Guerrero vive en la calle de Corregidora frente a la esquina conocida con el nombre de “piedra Lisa” (hoy calle Corregidora y Morelos de nuestra ciudad)” (Ídem).

Jesús Álvarez del Toro
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Jesús Álvarez – Los curtidores de Madrigal
Sabado, 17.07.2010, 03:34pm (GMT-5)
Una de las actividades industriales que son de las más antiguas de nuestra ciudad es la tenería o curtiduría de pieles. Cuando en la cuarta década del siglo XIX (1844), varios zamoranos concurren al Banco de México, dirigido entonces por don Lucas Alamán en auxilio de crédito con el firme propósito de industrializar algunas de las actividades económicas del municipio, ya se contaba con las incipientes industrias del rebozo y de la curtiduría de pieles.

En el Barrio de Madrigal ambas actividades económicas generaban ya una buena cantidad de empleos, tareas que además adquirieron fama en buena parte del occidente del país. Apellidos como los Quintana, Torres, Guerrero y Ayala son quienes en nuestros días continúan con la tradición laboral de una actividad ya centenaria, sobre todo el de la curtiduría; ya que la del rebozo tendió a extinguirse en aquel barrio hasta la década de los ochentas del siglo pasado (1980).

A principios del año de 1919, un buen número de propietarios de tenerías se quejan ante la presidencia municipal por la competencia desleal que enfrentaban por un par de compradores de pieles venidos de otros estados de la República: José Cornejo, Antonio Alfaro, Francisco Gutiérrez, José Alfaro, Antonio Herrera, José González, Ramón Zantana, Simón Zantana, Antonio Belarces, Rafael Zantana, Luis González, Alfredo Peña, Ramón Garibay, Ramón León, Mariano Gil, Francisco Garibay, Agustín Peña, Guadalupe Alfaro, Jesús Morales, Francisco Cendejas, Francisco Lomelí, Florencio Garibay, Hilario Valencia, Luis Cendejas, Francisco Pimentel, Ramón Nápoles, José González Cruz, Rafael Garibay, Luis Cortés, Antonio Nápoles, Felipe Pimentel, Luis Nápoles, Genaro Barbosa, Ángel López, Agustín R. Ábalos, José Morales, Pedro Mejía y Francisco Urbano son los firmantes del documento de protesta entregado a las autoridades municipales de Zamora.

“Los que suscribimos, de esta vecindad, curtidores y traficantes en el ramo de la peletería, ante usted haciendo uso de los beneficios que nos otorga el artículo octavo de la Constitución General de República, ante usted con el debido respeto comparecemos exponiendo:

Los productos de nuestra industria, van siendo día a día insuficientes para proporcionarnos los medios de vivir y por esta razón, se ha visto que nuestros braceros se ven en la imperiosa necesidad de salir, no sólo para otros lugares del Estado, sino hasta para los Estados Unidos de Norte América, en busca de los medios que los ministren lo que aquí les hace falta.

Debido al inmoderado afán de lucro de algunas empresas, que poco escrupulosas les importa muy poco sumir en la miseria a los pequeños industriales que no tenemos otro patrimonio que el que nos produce nuestro trabajo en la industria a que nos venimos refiriendo con tal de acaparar, en provecho propio, toda la materia prima, esto es, todas las pieles en crudo que se producen en la cabecera de este municipio, quitándonos a nosotros, por lo tanto, la manera honrada de conseguir el pan para nuestros hijos y sujetando a la extorsión más inhumana a todos los labriegos para los cuales constituye una necesidad imprescindible la adquisición de los productos que nosotros elaboramos.

Y como entendemos que los ayuntamientos, como cuerpo elegido por nosotros, su principal misión consiste en cuidar de los intereses municipales confiados a su dirección, y entre esos intereses se encuentran los nuestros, y como por otra parte, en el seno de ese mismo ayuntamiento existe un miembro perfectamente conocedor del ramo en cuestión, a él particularmente, nos hemos dirigido reclamando justicia y poniendo en su conocimiento todas nuestras quejas por merecernos entera confianza por su honradez y como antes dijimos, conocimientos en el asunto que se trata. A fin de que tramitara ante esa H. Corporación lo que en justicia pedimos, a saber:

Primero: existen en esta ciudad dos agentes de empresas establecidas fuera de nuestro municipio encargados de establecer una competencia a pequeños industriales en el ramo de tenería.

Segundo: dichos agentes han establecido la competencia pagando precios exorbitantes por las pieles en crudo a fin de exportarlas a otros lugares de la República y aún al extranjero. Matando así, nuestra industria en el municipio y obligándonos a suspender todos nuestros trabajos y aún a emigrar a otros lugares donde no estamos expuestos a la rapacidad de las grandes empresas; por lo tanto pedimos justicia se dicten por ese H. Ayuntamiento las medidas que sean más convenientes a fin de salvar nuestros intereses.

Por lo expuesto,

A usted pedimos, que previos los trámites de estilo, y a la mayor brevedad por ser de violencia el caso, se sirva proveer de conformidad por ser de justicia que protestamos con lo necesario.

Zamora, 30 treinta de enero de 1919 mil novecientos diez y nueve”. (Archivo Municipal de Zamora. Fondo: Prefectura; sección Justicia. Expediente 16. Año de 1919)

La curtiduría, ahora automatizada y curtida con químicos, no deja de ser una actividad que genera un buen número de empleos, pero que sobre todo conserva una de las actividades económicas que generaron riqueza en nuestra ciudad.

Hoy si le envio 2 gráficos: el de tenedores con las firmas que ellos le envían al Presidente Municipal en el año de 1919 y la foto si la incluyen en el pié de página debe decir: “Pepe Torres y dos de sus trabajadores enrollando pieles curtidas. Pepe es de los curtidores de herencia, hijo de don Jesús Torres, tenedor de toda su vida”.
Saludos a todos.
Jesús Álvarez del Toro Presidente del Consejo Municipal de la Crónica

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Participación de Zamora en el Congreso Constituyente de 1917
Viernes, 02.07.2010, 08:34pm (GMT-5)
Después de cuatro acaloradas sesiones del Congreso Constituyente de 1916-1917, el artículo tercero constitucional fue aprobado por una mayoría que representó el 64.10% de los diputados; 100 votos, contra un 35.90% que se opusieron al dictamen; es decir, 56 diputados.

La doceava, treceava, catorceava y quinceava sesiones, celebradas los días 13, 14, 15 y 16 de Diciembre de 1916 en el Congreso Constituyente de Querétaro, se debatió hasta la saciedad los principios rectores que el Estado aplicaría en el Sistema Educativo Nacional; Congreso al que asistió como Diputado Propietario por el Distrito de Zamora, don Francisco J. Múgica, quien no sólo formó parte de la Comisión que elaboró y redacto el articulado de la Constitución, sino que mantuvo una destacada participación.

Enfrascados en un debate donde la razón y la prospectiva iban a la par, una veintena de diputados extendió por 4 días los argumentos que darían solidez al sistema educativo. Discusión, además, que planteó en su elemento sustantivo de lo que serían los artículos 27 y 123, como lo podemos ver en el Diario de los Debates de la Constitución de 1917. Luis Manuel Rojas; Alberto Román; Calderón; Cravioto; López Lira; Macías; Ramón Rosas y Reyes; Nafarrete; Chapa; Celestino Pérez; Félix Palaviccini; Martínez Escobar; Alonzo Romero; Truchelo; Lizardi; González Torres (también zamorano); Álvarez y Ramos Práslow; son algunos de los diputados que participaron en los debates que generó la iniciativa propuesta del artículo tercero constitucional.

Unos a favor y otros en contra, analizaron minuciosamente y con argumentos lo que la comisión había propuesto al pleno, en materia de educación. Don Francisco J. Múgica fue tildado desde el propio Constituyente como “Jacobino”, tilde que lo perseguiría hasta el día de su muerte. Ya desde las primeras intervenciones del General Múgica se avizoraba el talante de un hombre de razón y de negociación, y así lo expresó el mismo desde la apertura del Congreso Constituyente al afirmar ante el pleno: “Señores diputados: tal parece que se trata de un asunto de vida o muerte, según es el empeño que hay aquí de parte de un grupo de la Cámara para aprovechar esos momentos de entusiasmo o de decaimiento en los diputados con relación a las ideas que se discuten. Yo no creo que sea esto tan importante ni que vaya a ser motivo de que se siente el precedente de esta sesión de que una vez para todos los casos quede la Cámara totalmente dividida en dos grupos perfectamente bien definidos; yo no quisiera esto, porque las ideas generales que aquí traemos son de intereses comunes, que atañen a todos igualmente; puedo decir que constituyen el ideal sobre el cual marchamos y sobre el cual hemos venido a este Congreso. Repugno, pues, esos procedimientos que los parlamentarios experimentados están tratando de ejercer aquí, donde la mayoría de la Cámara es enteramente nueva en estos procedimientos, y que la buena fe que a estos hombres guía, no es más que aquella idea que nos llevó a la revolución. (Aplausos.) (Diario de los Debates del Congreso Constituyente de Querétaro. 1916-1917. Ed. Suprema Corte de Justicia de la Nación. México, 2006. PP. 152-341)

Ya en lo que sería la discusión del Artículo Tercero Constitucional, don Francisco J. Múgica expresaba de manera elocuente su convicción de discutir lo que sería la base de la educación: “Señores diputados: estamos en el momento más solemne de la revolución. Efectivamente, señores, ni allá cuando en los finales del mes de febrero de 1913 el respetable, enérgico y grande gobernador de Coahuila dirigía una iniciativa a la legislatura de su estado para pedirle que de ninguna manera y por ningún concepto se reconociera al gobierno usurpador; ni allá cuando en los campos erizos, en donde se asienta la hacienda de Guadalupe, en una mañana memorable, estampábamos muchos de los que hemos pasado por los campos de la revolución, batallando por los ideales del pueblo, firmamos el Plan de Guadalupe; ni allá, cuando la honradez acrisolada y el patriotismo sin tacha de don Venustiano Carranza consignaba de una vez los principios primordiales de la revolución; ni allá, cuando uno de los más ilustres caudillos de la revolución derrotaba a la reacción encarnada en Francisco Villa, en los campos de Celaya, ni cuando las agitaciones de la convención hacían temer a muchos espíritus pobres y hacían dudar a muchos espíritus fuertes en el triunfo; ningún momento, señores, de los que la revolución ha pasado, ha sido tan grande, tan palpitante, tan solemne como el momento en que el Congreso Constituyente, aquí reunido, trata de discutir el artículo 3º de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos. (Aplausos.)… ¿Y por qué, señores? Porque en aquellas etapas gloriosas no se trataba más que de vencer de una vez por todas al que tenía el poder usurpado en sus manos o de acabar con la reacción, y aquí, señores, se trata nada menos que del porvenir de la patria, del porvenir de nuestra juventud, del porvenir de nuestra niñez, del porvenir de nuestra alma máter, que debe engendrarse en los principios netamente nacionales y en principios netamente progresistas.

El General Múgica preveía que a través de la educación los mexicanos dejaríamos de lado los desencuentros que se habían suscitado desde la Lucha de Independencia, y que por la educación no sólo zanjaríamos las divisiones de la sociedad, sino que sería el modelo para vivir de manera pacífica. Y así lo expresó: “¿Será posible que el partido liberal, que vence cada vez que se le lleva a los campos de batalla, cada vez que se le obliga a tomar el arma para vencer a su eterno enemigo el partido conservador, será posible, digo, que después de sus triunfos y en esta vez de nuevo abandone sus conquistas?

“No, señores; haríamos una mala obra, una mala obra, de inconscientes, si no pusiéramos remedio desde hoy para evitar en lo futuro que nuestros asuntos ya no se resuelvan por medio de las armas, sino que nuestras disensiones intestinas se resuelvan en la tribuna, en los parlamentos, por medio del libro, por medio de la palabra, por medio del derecho, y de ninguna manera otra vez por medio de las armas, porque aunque gloriosas las revoluciones que se hacen por principios, no dejan de ser dolorosísimas, porque cuestan mucha sangre y cuestan muchos intereses patrios”. (Ídem).

Jesús Álvarez del Toro

Presidente del Consejo Municipal de la Crónica
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Jesús Álvarez – Hoy, como hace un siglo
Domingo, 20.06.2010, 01:58pm (GMT-5)
Pareciera que las similitudes de ciertos periodos de evolución histórica tendieran a repetirse; sin embargo, no es así. La similitud transcurre en un proceso lineal, en tanto que el devenir histórico y sus características específicas lo hacen en espiral. El inicio y desarrollo de la Revolución Mexicana estuvo precedido de antecedentes concretos, en una temporalidad y en un espacio definidos. Hoy, una buena cantidad de “analistas” tratan de enmarcar los problemas que vivimos bajo la óptica de hace un siglo, cuando el desarrollo capitalista en nuestro país se presentaba como opción de avance e integración al modelo universal.

La violencia generada hace una centuria de años inició por la demanda de mejores condiciones de carácter laboral y del reparto y recuperación de tierras por comunidades indígenas y la respuesta de las autoridades fue una represión a las manifestaciones de descontento de la sociedad. Hoy las condiciones son diferentes.

En el entorno local, hace un siglo la tropa federal y la acordada cumplían la orden de mantener un régimen corrupto e incapaz de responder a las demandas de quienes habían sido despojados de sus tierras; recordemos que en espacio anterior vimos cómo inició la lucha de Miguel Regalado en contra de los hacendados de la localidad.

Al estallar el movimiento revolucionario en nuestra ciudad, hubo quienes sufrieron el acoso de la autoridad local, tal fue el caso de la familia Magaña Cerda, que por ser hermanos de Gildardo Magaña, integrado ya al ejército zapatista del sur, sufrieron cateos en sus propiedades, persecución e incluso prisión, como fue el caso de Ramón Magaña Cerda; en tanto que Conrado Magaña Cerda fue sujeto a diversos cateos.

El 7 de junio de 1912 el Prefecto del Distrito de Zamora, Cristóbal Pulido, solicita al Juez Primero de Letras, Adolfo Cortés, expida orden escrita para que la policía local ingresara a la casa de Conrado Magaña Cerda y de Petronilo Rodríguez por ser sospechosos de acopio de armas… “Al ciudadano Juez 1/° de letras. Presente.

Suplico á Ud. con toda atención se sirva expedir una orden escrita para que el Comandante de Policía o sus agentes puedan penetrar á las casa número 84 de la 5/a calle del Dr. Verduzco y 161 de Madrigal correspondientes a la propiedad de los señores Petronilo Rodríguez y Conrado Magaña, respectivamente, donde se tiene conocimiento que existe cierta cantidad de armas y parque, que han estado recopilando paulatinamente, sin saberse el objeto á que se les destine. Reitero a Ud, etc…Zamora, 7 de Junio de 1912. El Prefecto” (Fondo. Prefectura. Sección: Justicia. Caja 66. Expediente 54. Año de 1912)

El curso de la Revolución en nuestra ciudad dividía a la sociedad de aquel entonces: los hacendados pretendían mantener sus intereses a salvo, en tanto que los jornaleros agrícolas y algunos sectores que se habían ilustrado con proclamas, planes y manifiestos, pugnaban por un mejor reparto de la tierra y mejores oportunidades de desarrollo familiar. Tal fue el caso de los Magaña Cerda y en el que incluiríamos al General Francisco J. Múgica, quien participará en el Constituyente de 1917 como diputado por el Distrito de Zamora.

El resultado del cateo a la casa de Conrado Magaña Cerda y de Petronilo Rodríguez, y de acuerdo al parte que el Prefecto rinde al Secretario General de Gobierno del estado, arrojó la confiscación del siguiente armamento:

“C. Secretario de Gobierno.- Morelia.- Habiendo tenido conocimiento esta Prefectura de que en la casa del Señor Conrado Magaña se introducían con alguna frecuencia cajas de madera que por su forma se creyeron contuvieran armas y parque, se procedió a practicar un cateo, habiéndose recogido 89 pistolas de distintos sistemas, calibres y estados de uso, un reducidísimo número de cartuchos, 86 machetes en iguales condiciones que las pistolas y tres espadas en buen estado—–Ynterrogado que fue el Señor Magaña sobre la legítima procedencia de aquellas armas y el uso que se pretendiera hacer de ellas, contestó que son todavía restos de infinidad de prendas que le quedaron cuando hace tres años clausuró una casa de empeño que tenía establecida en esta ciudad, y que la causa de que esas armas permanecieran aun en su poder, era la de que no ha podido deshacerse de ellas por ser de sistemas antiguos y el mal estado de uso en que se encuentran—–Las armas de referencia obran en poder de esta Prefectura y así me permito comunicarlo á Ud. para conocimiento del Señor Gobernador á fin de que se sirva disponer lo que estime conveniente. Reitero a Ud. la seguridad de mi atenta consideración y respeto. Libertad y Constitución. Zamora, 12 de Junio de 1912. El Prefecto” (Ídem)

En efecto, don Conrado había tenido un Monte Pío en nuestra ciudad y se dedicaba al empeño de todo tipo de objetos de uso cotidiano de aquel tiempo. Aunque en 1910, Ramón Magaña Cerda, ya había solicitado extinción por el delito de homicidio al Magistrado de la Segunda Sala del Supremo Tribunal de Justicia.

A un siglo de distancia, podemos afirmar que la familia Magaña Cerda tuvo una participación decidida a favor de los postulados de la Revolución Mexicana en nuestra ciudad. Gildardo Magaña Cerda redactó el Plan Político Social en marzo de 1911, en el que exigía respeto al Sufragio Efectivo y no Reelección y además exigía aumento de salarios en relación al rendimiento del capital; fue gobernador del Estado de Michoacán de 1936 a 1939; en tanto que don Conrado, en ese mismo periodo –1938– fue presidente municipal de Zamora.
Jesús Álvarez del Toro – Presidente del Comité de la Crónica Municipal
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Jesús Alvarez del Toro – Los temores en la Revolución
Sabado, 05.06.2010, 07:46pm (GMT-5)
Seis meses después del inicio de la Revolución Mexicana, Zamora era, todavía, una ciudad tranquila; esta tranquilidad vendría a ser alterada por tres hechos significativos: la toma de la ciudad por los hermanos Irineo y Melesio Contreras; los rumores, y el levantamiento de los lugareños por el reparto de tierras acumuladas en unas cuantas manos y lidereados por Miguel Regalado.
En mayo de 1911 y después de haber realizado un trabajo de convencimiento al interior de las tropas que resguardaban a la ciudad, Irineo y Melesio Contreras toman la ciudad a nombre de don Francisco I. Madero, quien se había manifestado en contra de las múltiples reelecciones de Porfirio Díaz en la Presidencia de la República.
Tres meses después de la toma de la ciudad, sin derramamiento de sangre, como se lo hace saber al propio Madero, Irineo Contreras, los rumores en la ciudad se desatan. Ya había sido sustituido el prefecto Francisco de Padua Aguado a solicitud de los propios zamoranos y era Presidente Municipal don Luis Padilla Matos, cuando recorre la ciudad el rumor de que la ciudad sería atacada por el Coronel Jesús García, tal y como lo muestra la siguiente correspondencia que se da entre Zamora-Uruapan y Morelia:
De Zamora á Morelia.- El 4 de Agosto de 1911-
C. Secretario de Gobierno.-
Sabe esta Prefectura de fuentes seguras que titulado Coronel Jesús García tiene en pié de guerra 680 hombres Uruapan, dotados buenas armas, bastante parque, mayor parte gente licenciada ayer ha salido hoy rumbo probablemente incorporarse con García, A los Reyes telegrafio á Bernardo Cervantes llamándolo gente pudiera reclutarse. Ayer mensajeo á Coronel Rafael Amezcua pidiéndole bombas dinamita y hombres que se rehusó á mandar ese pundonoroso jefe con quien cuenta esta Prefectura por ser cumplido y de absoluta confianza. Temo existan poderosas razones para ello, que destaque sobre esta plaza partida competente á atacarle. Para resistir, no se remota agresión, necesito armas y parque de que carece los 4000 cartuchos que mandó el Gobierno de Arévalo, Irineo Contreras dispuso de ellos 17 de mayo urge resuelva esa Superioridad violentamente.-El Prefecto”. (AMZ. Fondo Prefectura. Sección Justicia. Expediente 26 II. Año de 1911. Caja 63).
“Telegrafos del Estado de Michoacán. De Morelia a Zamora. 5 de Agosto de 1911. Sr. Prefecto.
Tengo razones fundadas para creer que es falso que García mantenga en pié de guerra seiscientos ochenta hombres en Uruapan y sé que no pasan de cien. En cuanto al temor que Ud. abriga de que sea atacada esa plaza por la fuerza de dicho jefe puede estar seguro de que este gobierno impedirá oportunamente la agresión, mandando con toda urgencia la fuerza que fuere necesaria. Sirvase seguir informándome.
Felipe Tena” (Ídem).
“Telegrama. De Uruapan a Zamora. 10 de Agosto de 1911.- Sr. Prefecto.
Sirvase Ud. desmentir las versiones que han corrido de que las fuerzas que guarecen esta plaza pretenden atacar esa ciudad pues es de todo punto inexacto y si se producen tales alarmas no son sino los medios de que se valen los enemigos de la causa que de alguna manera pretenden desprestigiarla por acá el orden y la tranquilidad públicas se conservan inalterables.
Del mayor de órdenes, Srio. de despacho. David Marín Quiróz (rúbrica).” (Ídem).
“De Zamora a Uruapan.- El 11 de Agosto de 1911. C. Mayor David Marín Quirós. Tengo datos seguros de que versiones alarmantes circularon esta, carecen fundamento. Aquí, como ayá, impera el orden y se conserva inalterable tranquilidad; pero si surgen dificultades Prefectura de mi cargo pondráse á la altura de su deber. El Prefecto;-“(Ídem).
“De Zamora a Morelia.- El 17 de Agosto de 1911.- C. Secretario de Gobierno. Corren versiones de que Coronel Jesús García fugóse Uruapan y hallase Paracho con pronunciados. Atentamente suplico esa Superioridad informar esta prefectura si tal noticia es cierta. El Prefecto” (Ídem).
Sin embargo el germen de la lucha ya había incubado en una buena parte de la población. Las injusticias vividas a lo largo del periodo porfirista y en una región como la nuestra la concentración y despojo de las tierra comunales, fueron caldo de cultivo para el inicio de la Revolución en Zamora. Así lo demuestran las primeras y tímidas manifestaciones a favor de la lucha iniciada en 1910:
“De Zamora a Morelia.- Septiembre 25 de 1911.- C. Secretario de Gobierno.-
Ayer a las 5 P.M. un grupo como de 100 personas de los Clubs ‘Francisco I. Madero’ y ‘Deportivo Militar’, sin permiso esta prefectura recorrió algunas calles llevando cartelón, protestando contra un artículo del periódico ‘La Bandera Católica’. Inmediatamente tuve conocimiento mandé disolverlo. ¿Debo imponer alguna pena á manifestantes ú organizadores por no haber solicitado licencia? El Prefecto;- (AMZ. Fondo Prefectura. Sección Justicia. Expediente 40 II. Caja 63. Año 1911)
“Telegrama. De Morelia a Zamora. Sr. Prefecto. Con relación a su mensaje de ayer, el C. Gobernador acordó manifestara a Ud. no sería conveniente imposición multa á organizadores manifestación a que se refiere; pero sí recomienda le haga saber al público que para hacer tales manifestaciones, deben pedir permiso a la autoridad y constituir un responsable á satisfacción de la misma, de lo que pueda ocurrir. El oficial mayor encargado del despacho. Ygnacio Zavala” (Ídem).
Como vemos, el inicio de la Revolución en nuestra ciudad aún se manifestaba incipiente, ya vendrían después elementos sustanciales en los que participarán los zamoranos como los Magaña Cerda y la representación en el Congreso Constituyente de Querétaro con don Francisco J. Múgica.
Jesús Alvarez del Toro – Presidente del Consejo Municipal de la Crónica

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Jesús Álvarez del Toro – Al maestro, con verdadero cariño
Domingo, 23.05.2010, 07:20am (GMT-5)
A la memoria siempre viva que dejó el maestro Mario Navarro Amezcua.
Hay muertes que duelen, como si fueran muertes propias; como si aquel que falleció fuera sangre de nuestra sangre. Y justamente por el dolor que causan se siente su muerte precipitada. Sé que la muerte es un proceso inevitable, al que todos llegaremos, aunque en nuestro fuero interno la despreciemos. Cómo olvidar a quien de manera cotidiana se convirtió en arquitecto de muchos destinos. Conocí al Maestro (así, con mayúsculas), Mario Navarro Amezcua, en el ya lejano 1965, cuando me integré como su alumno en el Vasco de Quiroga para varones, dirigido por el inolvidable Don Leopoldo Torres.
Joven, el maestro Mario Navarro se convirtió en paradigma de muchos de quienes fuimos sus alumnos; el modelo educativo de aquellos años era diametralmente diferente al que se implementó en la década de los ochentas del siglo pasado. Desde el primer día de clase, el maestro Navarro nos solicitó disciplina y atención, pero sobre todo avanzar en el conocimiento y así aprendimos con él, lectura, redacción, ortografía, sumar, restar, dividir y multiplicar con rapidez y acierto. Jamás he olvidado las lecturas con el cronómetro y los ejercicios de aritmética con rapidez y exactitud. Debo decir que mi despedida de aquel colegio me marcó sustancialmente y de manera fundamental para el desempeño educativo posterior.
Las travesuras que cometíamos a menudo y de acuerdo al proceso transicional de nuestra edad, siempre tuvo enérgica respuesta por el Maestro Mario Navarro; éramos un grupo terrible: Pepe Espinoza Melgoza; Miguel Sevilla Romero –quien ya se nos adelantó–; Alberto Valencia; Jaime García Ortiz; Jaime Mendoza; Arturo García Trujillo; Mondragón; Marín y muchos más que escapan a mi memoria, deberán, en este momento, estar también lamentando la muerte del maestro.
Al correr del tiempo, imponderables del destino quisieron que coincidiéramos como compañeros de trabajo en la Preparatoria y en la Normal Superior del CEJA y siempre, Maestro, me impusiste el respeto que te ganaste como mi profesor. Platicamos en varias ocasiones sobre la calidad educativa y aquellas charlas fueron, para mí, aprendizajes que me ayudaron a desempeñarme como profesor, a tener vocación de profesor y a servir como profesor.
Hoy, Maestro Mario Navarro, tendrás que iniciar tu camino a la inmortalidad, porque cierto estoy que más de alguno de quienes fuimos tus alumnos, no nos cansaremos de recordarte, y esa será tu recompensa, porque seguiremos llamándote maestro.
Maestro, habíamos platicado apenas en enero, cuando se iba a inaugurar el mueso de la ciudad y me acerqué a invitarte; sabía que estabas un poco enfermo y sin embargo dejaste en mí la duda de saber si asistirías o no a dicho evento; en lo personal me habría gustado que estuvieras presente, porque no es tarde declarar públicamente que quien había sido parte fundamental de mi formación, estuviera acompañándonos.
Poco tiempo después supe de tu ingreso al hospital y de tu enfermedad y me dije: “Podemos vencer todo y a todos, menos a la muerte” y me hice el ánimo y el propósito de decir: “Pero, nadie me verá llorar tu muerte y declarar públicamente que me duele tu muerte y que dejas un hueco difícil de llenar en mis recuerdos”. Y hoy que has partido creo firmemente que nos enseñas con tu muerte que hay que integrarla a nuestra cotidianeidad. Que habrá que morir para trascender, para dejar huella, para cosechar lo que cultivaste durante tu fecunda existencia como mentor.
Muy a pesar de que la muerte es un sentimiento difícil de digerir, debo asumir que la muerte, desde el punto de vista filosófico (al menos en la filosofía hilemórfica) consiste en la separación del cuerpo y del alma. Así, tal y como lo expresaste en alguna de las últimas clases que compartimos, cuando en primaria, sí, en primaria, hablábamos de la filosofía aristotélica, espero que tu alma sea recibida donde puedas gozar de la vida eterna, y que tus ideas sigan vigentes en quienes todavía te recordamos como artífice de nuestro destino.
Jamás podré olvidar, maestro Mario, la locución latina que me enseñaste en la primaria: “consumatum est”, todo está consumado, y que hoy la recuerdo y la pongo en práctica para tu propia vida, porque fuiste un ser humano que consumó todos sus anhelos y aspiraciones y que seguirá viviendo en el corazón de quienes fuimos tus alumnos.
Jesús Álvarez del Toro
Presidente del Consejo Municipal de la Crónica

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Jesús Alvarez del Toro – Del centenario del bicentenario
Domingo, 09.05.2010, 01:22pm (GMT-5)
Hace justamente 100 años, un siglo, que quienes nos antecedieron en este que fuera ubérrimo valle habían propuesto diversas actividades para celebrar el centenario de la lucha de independencia. Ya hemos mencionado en diversas ocasiones que se habían propuesto realizar obras que perduraran como recuerdo digno de quienes habían ofrendado sus vidas por liberar a la Nueva España de la metrópoli española. Recordemos que la construcción del Mercado Hidalgo, hoy pasaje de los dulces, se programó para terminarse como una de las obras del centenario; sin embargo por causas diversas en la contratación de obra, no pudo inaugurarse sino hasta años después; lo mismo ocurrió con el reloj de Catedral.

Sin embargo, existieron algunos hechos alejados del boato porfirista tan presente en nuestra ciudad, que hablan, por una parte, de la trascendencia y, por la otra, de la solidaridad, valor hoy en proceso de extinción. Si bien es cierto que en nada se descuidó el programa elaborado por una junta creada ex profeso para celebrar el centenario de la lucha de independencia nacional; dicha junta estuvo presidida por Luis A. Herrera y contempló actos que, para aquel entonces, serían espectaculares, como la inauguración del reloj de la catedral que tuvo que ser golpeado por martillo, dado que la maquinaria que haría tocar las campanas a las 11 de la noche del 15 de septiembre, no funcionó. El Mercado Hidalgo, en construcción, se habilitó como salón para que el festejo del Centenario se realizara con la solemnidad adecuada.

La iglesia católica, por su parte, no dejó a un lado el festejo del acontecimiento del que fue actor principal, ya que si tomamos en cuenta la participación directa de una parte importante de su jerarquía, en el movimiento libertario: Hidalgo, Michelena, Sixto Verduzco y José María Morelos, para citar sólo algunos de los sacerdotes participantes en la lucha armada, puso en marcha una reflexión a partir de un documento del Papa Pío X, en el que invitaba a celebrar dicho centenario; en Zamora tocó al Obispo Othón Núñez lanzar un manifiesto de invitación para celebrar cristianamente el inicio de la Independencia.

En este contexto se ubican los elementos que nos hablan de una celebración del centenario un tanto diferente a lo estipulado en la junta creada para celebrarlo: Primero, el rasgo de solidaridad humanista en apoyo de los caídos en desgracia y, en segundo lugar, la puesta en marcha de una institución de salud que hoy continúa en servicio.

“Al ciudadano administrador de rentas. Ciudad.

Tengo la honra de remitir á Ud. la suma de $118.97. Ciento dieciocho pesos noventa y siete centavos procedente de donativos que hasta la fecha se han reunido entre los presos de la cárcel penitenciaria de esta ciudad, con destino á la compra de uniformes para los mismos presos; siendo dichos donativos como lo expresa la lista de la cual acompaño a Ud copia literal, suplicándole, si para ello no hubiese inconveniente, se sirva conservar la mencionada suma, así como las demás cantidades que se reúnan en calidad de depósito, hasta que se complete el importe de los uniformes que se proyecta sean estrenados por los presos en el centenario de la Yndependencia Nacional.

Renuevo á Ud. las consideraciones de mi distinguida consideración y particular aprecio. Yndependencia y libertad, 3 de noviembre de 1910.

El Prefecto” (AMZ. Ramo: Hacienda. Exp. 7. Caja 23. 1910)

Posteriormente y a un mes de distancia, el siguiente documento nos ubica en el proceso de desarrollo que buscaba nuestra ciudad: “Recibí de la prefectura de este lugar la cantidad de $4,67 valor de 6 gruesas de cohetes para la festividad de la colocación de la primera piedra del hospital civil. Zamora, Zamora, octubre 18 de 1910 Francisco Zamano.” ( AMZ. Ramo: Hacienda, Exp. 29. Caja 23. Año de 1910).

En este mismo año, la situación política del país no pasa desapercibida en nuestra ciudad y se festeja lo que será el último periodo de Porfirio Díaz como presidente de la República, un mes antes del inicio de la Revolución Mexicana, el festejo le cuesta al municipio por la audición musical de la orquesta del maestro Petronilo González: “Recibí de la Prefectura del Distrito, la suma de $ 8.00 ocho pesos, por audición que dio la Banda, el día 23 de octubre próximo pasado; con motivo de la toma de posesión del nuevo periodo Presidencial del Sr. General Díaz. Zamora, Noviembre 7 de 1910. Petronilo González” (rúbrica) (Ídem).

Estos hechos fueron parte de las celebraciones del Centenario de la independencia nacional y que en este año, será el centenario de tal celebración. ¿Seremos los zamoranos capaces de realizar algunos eventos de interés regional, para celebrar bicentenario y centenario?
Jesús Alvarez del Toro – Presidente del Consejo Municipal de la Crónica

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Jesús Álvarez del Toro – Crónica de la desgracia
Sabado, 24.04.2010, 02:36pm (GMT-5)
Los periodos en que nuestra ciudad ha crecido económicamente, todos han tenido que ver con la producción agrícola. Así se manifestó a lo largo de la época colonial, donde nuestra entonces villa sirvió de asiento a las familias de grandes terratenientes, que explotaban cantidades enormes de latifundios en el occidente del Estado.

Posteriormente y siendo presidente del Banco de México don Lucas Alamán, en 1844 para ser precisos, algunos zamoranos de aquel entonces le solicitaron préstamos “blandos”, con el propósito de industrializar el entorno regional, puesto que la incipiente industria zamorana se debatía en la producción de rebozos y en la curtiduría de pieles, actividades éstas que estarían presentes hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX y enfocada en un enclave que recién se había extendido por el “nuevo madrigal”.

El detonante de la actividad comercial basado en la agricultura se presenta con la llegada del ferrocarril en el último año del siglo XIX. Este medio de transporte será el que posicione a la ciudad con el resto del país. Sin embargo, existía un elemento que respondía a un régimen político que se ejercía con crueldad: la monopolización de la tierra en unas cuantas manos. Este suceso hará que las condiciones de un campesinado atosigado por las deudas eternas que contraían con las tiendas de raya de las haciendas, se manifiesten primeramente solicitando por la vía pacífica una mejor distribución de la tierra y posteriormente lo hará a través de un levantamiento armado: la Revolución Mexicana.

Nuestra ciudad se caracterizará por posiciones encontradas; mientras que los peones que servían a las haciendas de la localidad se organizan para solicitar las tierras que por diversas argucias legales les habían sido expropiadas, es el caso de Miguel Regalado, José Prado –que venía de Chilchota– y Juan Gutiérrez Flores; otro buen número de jornaleros se había avecindado en esta ciudad huyendo de las amenazas de los hacendados, acordadas y un buen número de clérigos que prometían el infierno tan temido a todo aquel que aceptara el reparto de las tierras que pertenecían “legalmente” a los “señores”. Así, el pequeño núcleo zamorano se ve incrementado de una manera sustancial.

Miguel Regalado quien se había dado de alta en el ejército zapatista y al que se le había otorgado el grado de Coronel, será asesinado en 1918 (¿) y a pesar de que, como dijimos hace quince días, en 1924 se levantaría el primer censo agrarista y se otorgarán algunos repartos, será hasta junio de 1936 cuando Lázaro Cárdenas del Río entregará a los zamoranos 4 mil 814 hectáreas para laborarlas conforme a la figura de ejido. De éstas, poco más del 40.29% serán tierras de riego y un 50.06% aproximadamente serán de agostadero y comunales y una mínima cantidad, el 9.6% de temporal.

A 74 años de aquel episodio que forma parte de nuestra historia local, vemos hoy con profunda tristeza que cientos de hectáreas de aquel reparto ejidal han sido sepultadas por el cemento, gracias a las reformas implementadas por Carlos Salinas de Gortari, aderezado con el TLCAN que vino a desquiciar la producción agrícola nacional, con dos elementos que se han convertido en desgracia nacional: perder la soberanía alimentaria y depender de las exportaciones para satisfacer la canasta básica, más la modificación sustancial del entorno ecológico y del clima.

Esta complejidad nos lleva a reflexionar sobre el futuro inmediato de nuestro municipio, sobre todo de la cabecera municipal que crece desgarrando los pulmones que alguna vez purificaron el aire que respiramos y que hoy se encuentra bajo toneladas de cemento, arrasando con la actividad agrícola. Y aquí la culpa ha sido de todos quienes habitamos y vivimos en Zamora; no quisimos ni pudimos organizarnos para paliar el vendaval de una promesa política enajenante que risiblemente nos ubicaba codeándonos en el club de los países del primer mundo, en tanto que nos convertíamos en importadores de maíz.

Algo habrá que hacer para poder rescatar, aunque sea en mínima parte, la porción de tierras de excelente calidad agrícola que aún nos quedan. También habrá que recuperar las lecciones que nos dieron Miguel Regalado y Juan Gutiérrez Flores, por sólo mencionar a dos de los más activos líderes agrarios del municipio. Y no se trata aquí de que todos, de la noche a la mañana, nos convirtamos en ecologistas, y mucho menos caer en la ilusión de las democracias partidistas; se trata sí de buscar un cambio profundo que nos dé certeza de vivir mejor en ese futuro inmediato del cual hablamos; porque de otra forma terminaremos todos por ser cronistas de desgracias inmediatas.
Jesús Álvarez del Toro
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265 aniversario del Natalicio de Benito Díaz de Gamarra
Sabado, 20.03.2010, 03:43pm (GMT-5)
El acta de bautismo de Juan Benito Cipriano, hijo legítimo de don Diego Gamarra y de doña Anna de Abalos, españoles y vecinos de esta villa de Zamora, hoy celebramos el 265 aniversario del nacimiento de quien conocemos como Benito Díaz de Gamarra, puesto que éste había nacido el 21 de marzo de 1745. Gamarra será el primer humanista zamorano de trascendencia, superando en mucho a Juan Benito de Ojeda, quien era conocido en todo el obispado de Michoacán por sus nobles acciones en beneficio de los huérfanos y de los desposeídos.

Gamarra salió desde muy pequeño de la entonces Villa de Zamora a realizar sus estudios en el Colegio de San Idelfonso en la ciudad de México. Allá se graduó en Cánones, para posteriormente a la edad de 19 años, ingresar al Oratorio en San Miguel el Grande, donde se le nombrará Procurador del Oratorio ante las Cortes de Madrid y Roma: “A los veintidós partía, en calidad de Procurador de su Comunidad, a las cortes de Roma y de Madrid, acompañado del Padre D. Nicolás Pérez, de quien se separó en Cádiz. Pasma verdaderamente el inmenso provecho que supo sacar de su corto viaje a la culta Europa” (Emeterio Valverde Téllez. Influencia del Padre Gamarra en los estudios filosóficos).

Dos grandes vertientes han manifestado la importancia del zamorano Gamarra: la primera, ser el introductor de la filosofía moderna en la Nueva España, lo que le trajo innumerables problemas al interior de su propia orden religiosa y, segundo, haber influido en el pensamiento libertador de Miguel Hidalgo, tal y como lo sostienen Gabriel Méndez Plancarte y don Antonio Gómez Robledo.

En cuanto a la filosofía, Gamarra ha sido “la personalidad que encarna en grado eminente esta reforma de la escolástica, hasta llegar a un libre racionalismo es Benito Díaz de Gamarra, nacido en Zamora, Michoacán, en 1745. Publicó varias obras entre las cuales la más importante es Elementos de filosofía moderna (1774); Academias filosóficas (1774) y Errores del entendimiento humano (1781). Díaz de Gamarra se considera a sí mismo como un ecléctico… Ya Gamarra no acepta servilmente la autoridad de Aristóteles y dentro de un espíritu de libre examen se permite enjuiciarlo, sobre todo, para hacer ver que su obra ha sido alterada y no se conoce al verdadero Aristóteles. La filosofía es para Gamarra ‘el conocimiento de lo verdadero, lo bueno y lo honesto obtenido por la sola luz de la razón y el ejercicio del razonamiento’. Y así en esta definición de sabor cartesiano Gamarra establece el principio del racionalismo en el cual habrá de educar a varias generaciones de discípulos” (En México y la Cultura. Secretaría de Educación Pública –Segunda edición–. México, 1961, pp.687- 709).

En cuanto a la influencia que Gamarra ejerció sobre Hidalgo, ya en ocasión anterior citamos lo manifestado por Gabriel Méndez Plancarte; sin embargo, la opinión de don Antonio Gómez Robledo desarrollada en la Conferencia pronunciada en el Auditorio Calvin Coolidge de la Biblioteca del Congreso, Washington, D.C., el 21 de junio de 1984, dentro del programa Juárez-Lincoln, es preciosa para nosotros los zamoranos: “En un terreno de filosofía pura, ajena, a fuer de tal, a la realidad concreta, está el doctor Juan Benito Díaz de Gamarra y Dávalos, miembro de la congregación del Oratorio, y quien, después de andar varios años por Europa, con el fin sobre todo de tomar contacto con la nueva filosofía, abrió cátedra en la villa de San Miguel el Grande, hoy San Miguel Allende (por haber sido cuna de uno de nuestros más esclarecidos libertadores), y el cual, Gamarra, no obstante haber fallecido antes de cumplir 40 años, alcanzó a escribir obras muy importantes, como Errores del entendimiento humano, tan variada y tan amena, y sobre todo tal vez la intitulada Elementa recentiorii, philosopkiae, “Elementos de filosofía moderna”…

En este último libro, de tan cierto influjo, como luego lo haremos ver, en el bachiller Miguel Hidalgo y Costilla, su autor rompe lanzas con la filosofía escolástica, autoritaria e impositiva, para acogerse, en cambio, a la filosofía que denomina ecléctica (o electiva en latín) la que elige libremente, en las distintas escuelas, “cuanto en ellas está bien dicho”.

La Disertación de Hidalgo, en conclusión, ocupa un lugar de honor en el movimiento renovador de nuestra cultura que tiene su mayor expresión, dentro de México en Díaz de Gamarra, cuya obra antecede en 10 años al trabajo de Hidalgo, y que por fuerza debió haber sido del conocimiento de este último. Entre Gamarra e Hidalgo nos despertaron, como habría dicho Kant, de nuestro sueño dogmático y fundaron, con los mexicanos desterrados en Italia, la filosofía mexicana de la Ilustración”.

A 265 años de distancia, qué orgullo para nosotros los zamoranos el que Benito Díaz de Gamarra sea natural de esta ciudad; pero también cuánto compromiso para que autoridades y ciudadanos honren la memoria de tan distinguido zamorano.
Jesús Álvarez del Toro – Presidente del Consejo de la Crónica Municipal

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Jesús Álvarez del Toro: Apertura de la calle del Reloj
Domingo, 21.02.2010, 03:08pm (GMT-5)
En los primeros años del siglo pasado, el inusual movimiento que se suscitaba en nuestra ciudad, producto del desarrollo económico que había traido el arribo del ferrocarril, se palpaba en la construcción de edificios monumentales, así como la apertura de diversas calles.

La antigua calle del Reloj, así conocida por haber instalado los franciscanos un reloj que se les había regalado, llegaba de la hoy Hidalgo a la actual Aquiles Serdán. La construcción del hoy Santuario Guadalupano ya había iniciado y era menester abrir la calle para que el material que se requería para la construcción llegara de manera más fácil. El Ayuntamiento comisiona al Lic. Perfecto Méndez Padilla en su carácter de Síndico para negociar la apertura de dicha calle. La historia documental es como sigue:
“En la Ciudad de Zamora, á veintiuno de abril de mil novecientos cuatro, siendo las nueve de la mañana, ante los testigos que al fin se expresarán é interviniendo el suscrito Notario para autorizar este documento conforme al artículo dos mil novecientos veintiuno del Código Civil, comparecieron de una parte la señora Margarita Méndez y su esposo don Tiburcio del Río, y de la otra parte el señor Licenciado Don Perfecto Méndez Padilla, personas de mi conocimiento y con capacidad legal para obligarse, la primera de cuarenta años y propietaria, el segundo de treinta y ocho años y agricultor y el señor Méndez de veintiocho años y de la profesión que indica su título, todos casados y de esta vecindad, y exhibió este señor un oficio que en lo conducente es como sigue… El sello del Ayuntamiento de esta Ciudad=Número 114=En sesión ordinaria del día diez y ocho de noviembre del año próximo pasado, con motivo de la mejora que se proyecta de la apertura de una calle á continuación hacia el Oriente de la del Reloj, se consignó lo siguiente:= El Ciudadano Presidente expuso que ocurrió a inspeccionar el lugar donde se proyecta abrir la nueva calle, prolongación de la del Reloj hasta encontrar la de Navarrete hacia el Oriente, y á su juicio y puesto que la latitud de nueve metros ochenta centímetros es suficiente para el tráfico y se obtiene el mismo ancho de un extremo a otro, opina que al desembocar á la calle de Navarrete se le dé la misma latitud de nueve metros y ochenta centímetros: que también estima benéfico el contrato proyectado con el arquitecto don Jesús Hernández para levantar la barda que acote el lado sur de la nueva calle en la parte que corresponde á Doña Margarita Méndez por doscientos setenta pesos más la tira de solar que sobra por el Norte de los cuartos adquiridos por el Ayuntamiento. En vista de lo expuesto se aprobó lo siguiente:=1° Primero. Llévese a efecto el convenio ajustado por el Síndico del Ayuntamiento Ciudadano Licenciado Perfecto Méndez con la Señora Margarita Méndez del Río, en virtud del cual esta señora cede la parte que desde el frente de su casa es necesario ocupar para prolongar la calle del Reloj hacia el Oriente con el de la latitud de nueve metros ochenta centímetros en línea recta por el costado sur, aprovechando un pequeño sobrante que queda en virtud de la oblicuidad de la pared de su referida casa respecto de la dirección de la calle, levantándose por cuenta del Ayuntamiento la pared que limite dicha casa por su costado Norte, con la altura necesaria para sentar la corniza, cambiando el sahuan de la calle de San Bernardo al mismo costado norte de la finca. 2°. Segundo. Llévese también a efecto el convenio iniciado por el mismo Síndico Ciudadano Méndez, con el Arquitecto Ciudadano Hernández para que éste levante por un costo total de doscientos setenta pesos la pared mencionada incluyendo el cambio de sahuan y movimiento de tejabanes, y cediéndole al mismo señor Hernández la tira de solar que sobra por el norte de la misma calle con el frente á la de Navarrete y que se estima el sesenta pesos. 3°. Tercero. A más de la representación legal del Síndico se le comisiona especialmente para que en nombre del Ayuntamiento escriture los contratos expresados, debiendo hacerse el gasto con el sobrante que hay de ciento cincuenta pesos de los seiscientos que autorizó el gobierno para esa mejora, completándose con cargo á la partida destinada á mejoras materiales lo que falte.= En sesión ordinaria de esta fecha se acordó que para obviar algunas dificultades que nuevamente surgieren para llevar á efecto el arreglo de expropiación de parte de la casa de la señora Margarita Méndez, se invierta hasta la cantidad de trescientos cincuenta pesos en lo que se incluye una parte de corniza hasta cubrir el sahuan en la posición en que debe quedar en la nueva calle que se proyecta abrir y el enjarre y blanqueado de la pared que la acote por el lado de la referida casa…= Lo que me honro en transcribir á Usted á efecto de que sirva de antecedente al otorgarse las escrituras relativas á los contratos indicados.= Libertad y Constitución. Zamora, Abril diez y nueve de mil novecientos cuatro.= Firmado= Martín Mendoza.= LY.= Ciudadano Síndico del Ayuntamiento, Licenciado Perfecto Méndez= Presente. Concuerda lo anterior con el documento relacionado. Doy Fe y continuaron exponiendo que para dejar firme y perfecto el convenio que contiene la comunicación inserta, lo formalizan bajo los puntos siguientes. Primero. La señora Margarita Méndez de del Río cede al Ayuntamiento una tira ó fracción triangular de la casa de su propiedad marcada con el número 58 cincuenta y ocho y situada en la calle de San Bernardo, manzana diez y nueve cuartel primero de esta Ciudad la cual adquirió por compra que de ella hizo a la señora Pomposa Chávez de Magaña por escritura de veintiocho de Junio de mil ochocientos noventa y ocho otorgada ante el suscrito Notario. Segundo. La fracción cedida mide dos metros cincuenta centímetros por el frente, disminuyendo esta latitud hasta los treinta metros hacia dentro en que por la oblicuidad de la pared divisoria respecto de la dirección de la calle que se proyecta se encuentran las dos líneas. Tercero. El Ayuntamiento cede á la Señora Méndez la fracción triangular que sobra en el extremo opuesto al de la calle y que se forma también por la oblicuidad de las dos líneas, comprometiéndose el Ayuntamiento á levantar por su cuenta la pared que acote la calle en toda la extensión que comprende la casa de la Señora Méndez; á cambiar el sahuan de la calle de San Bernardo á la calle nueva, voltear la corniza de aquella á esta calle en un tramo como de diez metros hasta cubrir el sahuan en su nueva posición y á enjarrar y blanquear la pared en toda su extensión; y por último arreglar los tejabanes interiores para que queden sentados sobre la nueva pared y recubrir convenientemente el tejado en la parte del pasillo que se vá á utilizar, pudiendo aprovechar el Ayuntamiento el material que resulte de la demolición en la construcción de la pared y compostura de tejados, quedando lo que sobre a disposición de la Señora Méndez. Cuarto. Ambas partes contratantes aceptan la cesión que respectivamente se hacen, obligándose al eficaz cumplimiento de este convenio, la Señora Méndez por su propia representación y el Señor Licenciado Méndez como Síndico del Ayuntamiento, cuyo carácter es notorio al suscrito notario teniendo además la representación especial de esa Corporación según su acuerdo de diez y ocho de noviembre inserta al principio. Quinta. La fracción triangular cedida por la Señora Méndez tiene el vértice al Oriente y linda por el Norte con la calle proyectada. Al Poniente con la calle de San Bernardo y al Sur con el resto de la casa de dicha Señora, y la fracción que ella adquiere tiene el vértice al Poniente y linda al Oriente con casa de don Benjamín Martínez; al norte la calle nueva y al sur el resto de la casa de la Señora Méndez. Sexto. El Señor Tiburcio del Río manifiesta que concede á su esposa Doña Margarita Méndez la licencia marital necesaria para el otorgamiento de esta escritura que suscribe de conformidad. Séptimo. Ambas partes contratantes estiman de común acuerdo en veinticinco pesos el valor de la fracción que cede la Señora Méndez y en igual cantidad la que adquiere por cesión que le hace el Ayuntamiento, quedando por lo mismo compensados estos valores. Leída esta escritura á los comparecientes manifestaron estar conformes. Así lo otorgaron y firman siendo testigos los señores Ángel Valdivia y Ramón Segura, el primero mayor de sesenta años y el segundo de veintidós años, éste soltero y aquel casado, ambos comerciantes, de esta vecindad, conocidos y firman. Doy fe.= Entre paréntesis=años=el=No vale.” (AMZ. 1904. Escribano Diego Méndez)
Autor: Jesús Álvarez del Toro – Presidente del Consejo de la Crónica Municipal

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Jesús Álvarez del Toro – Dos zamoranos en la lucha de independencia nacional
Sabado, 09.01.2010, 06:08pm (GMT-5)
1810 y 1910 son las fechas que, sin duda, marcan el eje nodal de nuestra soberanía e identidad nacional, por ello este recién iniciado 2010 será conocido como el Bicentenario en que se inició la lucha de Independencia Nacional y el Centenario que originó también el inicio de la Revolución Mexicana. En algunos estados y municipios del país ya se han iniciado los festejos del doble acontecimiento histórico; tales como los antecedentes que originaron la incipiente organización que condujo al levantamiento armado de 1810 y en donde quiera han surgido nombres y hombres que participaron activamente en ambos movimientos.

Nuestra ciudad, con sus característicos rasgos humanistas, no puede quedar soslayada en su aporte a los dos movimientos que, causalmente, se ha manifestado en ciclos de cien años. Si bien es cierto Zamora no fue asiento de conspiraciones en 1810 ó de origen de grupos armados que hayan levantado ámpula en 1910, sí aportó personajes que incidieron, de manera directa o indirecta, en ambos periodos históricos.

Ya hemos dejado manifiesto, en otras ocasiones, que Juan Benito Gamarra de Abalos realizó aportes intelectuales a la lucha de independencia, a través de sus escritos filosóficos que incidieron en el análisis de las condiciones que los conspiradores de Valladolid y San Miguel, hoy de Allende Guanajuato y Querétaro, habían encontrado como oportunas para buscar mejores condiciones de vida para los habitantes de la Nueva España. Y quien primero siguió estas huellas fue otro zamorano: Gabriel Méndez Plancarte en su maravilloso ensayo “Hidalgo, reformador intelectual”, en donde afirma: “No olvidemos que la Disertación de Hidalgo (siendo aún estudiante Hidalgo, participó en un concurso que convocó el Deán de la catedral de Valladolid, doctor don Joseph Pérez Calama y al que se dotó de un premio de 12 medallas de plata para el triunfador) es de 1774. Diez años antes –como ya indicábamos– el felipense Díaz de Gamarra, de retorno de Europa y henchido de belicoso entusiasmo, había dado luz a sus Elementa Recentioris Philosophiae, que habían obtenido un éxito resonante hasta ser aceptadas como texto en la Real y Pontificia Universidad de México por dictamen unánime de todos sus catedráticos, pero que habían suscitado contra el autor una violenta oposición de parte de no pocos “paleófilos”, o sea, amantes de lo antiguo, como llamaba Clavijero a aquellos que veían en toda nueva doctrina una amenaza a la ortodoxia religiosa, semejantes –dice Maneiro– a los “religiosos Senadores del Capitolio” que pretendían poner un dique a la triunfal irrupción de la cultura ateniense.

Ni una sola vez menciona Hidalgo la obra de Gamarra, pero me parece casi imposible que no la haya conocido, puesto que era el texto aprobado desde 1774 por la Universidad de México y el que su mismo autor explicaba a sus alumnos en el gran Colegio de San Miguel el Grande (ciudad que entonces pertenecía, eclesiásticamente, al obispado de Michoacán).

Pero la obra de Gamarra, a su vez, tenía como antecedente la vasta y profunda labor de renovación filosófico-científico-literaria llevada a cabo, o a lo menos iniciada, por el eximio grupo de humanistas jesuitas expulsados a Italia en 1767: Campoy, Castro, Alegre, Abad, Dávila, Parreño y –más que todos, a mi juicio– Clavijero…

Fruto de aquel movimiento fue, a mi parecer, Guevara y Basoazábal, con sus Instituciones elementares Philosophiae, tan semejantes en su orientación general a la obra de Gamarra. Fruto del mismo poderoso impulso reformador –aunque no están todavía precisados los nexos que lo hayan unido con los jesuitas–, el propio Díaz de Gamarra. Fruto, finalmente, y desarrollo del mismo germen fecundo, la obra científica del presbítero José Antonio Alzate y de su valioso grupo.

¿Qué relaciones se podrán establecer entre ese movimiento renovador filosófico-científico-literario y la Disertación de Hidalgo? A mi me parecen clarísimas: la Disertación de Hidalgo no es otra cosa sino la proyección, en el campo teológico del mismo espíritu renovador y de idénticas tendencias fundamentales, aunque quizá en Hidalgo aparezcan un tanto más exageradas en ciertos aspectos, como, por ejemplo, la total y abierta repudiación del aristotelismo.” (Gabriel Méndez Plancarte. Hidalgo Reformador Intelectual. Lecturas Históricas Mexicanas. Ed. UNAM, México, 1994. Selección de Ernesto de la Torre Villar. PP. 560-585)

Y otro tanto acontece con Sixto Berduzco, quien a juzgar por la amistad que lo unió a don José María Morelos y Pavón y derivado de algunos documentos en los que se aprecia una clara influencia de parte del zamorano en algunos de los documentos más importantes del más grande estratega militar que tuvo el movimiento independentista mexicano.

Berduzco había nacido en la Villa de Zamora el 29 de marzo de 1773 y en la que cursó sus primeros estudios en el colegio del Hospicio de las Llagas de Nuestro Seráfico Padre Señor San Francisco, fundado 4 años antes de que Berduzco viera la primera luz, es decir en 1769. A los 13 años es llevado por sus padres a Valladolid, donde lo inscriben en los cursos de gramática latina que se impartían en el Colegio de San Nicolás, cuyo rector era en ese tiempo don Miguel Hidalgo y Costilla. Ahí, Berduzco demuestra una extraordinaria brillantez por el estudio, ya que careciendo de fortuna familiar, obtiene una beca por oposición, la que le permitió dictar las cátedras de latinidad, retórica y artes en el mismo Colegio, del que posteriormente será también rector.

A los 24 años, Sixto Berduzco, el 21 de diciembre de 1797, junto con José María Morelos y Pavón, recibe las órdenes sacerdotales del obispo Fray Antonio de San Miguel. Ambos –parece ser– optaron por el sacerdocio como medio de hacer fortuna, ya que los dos contaban con un familiar que les podía heredar alguna capellanía, en el caso de Berduzco era su tío el cura de Tlazazalca, José Antonio Macías, hermano de su madre y padrino de bautismo del propio Sixto Berduzco.

De 1799 a 1801, Sixto Berduzco obtuvo los grados de Licenciado en Sagrada Teología y doctor teólogo, grados que lo llevarían a obtener la rectoría del Colegio de San Nicolás. De 1802 y 1803 en que rige los destinos del Colegio de San Nicolás, hasta el año de 1811, el 19 de agosto para ser precisos, fecha en la que acude a Zitácuaro en representación del ya General don José María Morelos y Pavón, Berduzco había desempeñado su ministerio religioso en los curatos de Angamacutiro y Tuzantla, así como una variedad de negocios: arrendador de tierras, comerciante y arriero.

Berduzco habrá de sobresalir en la lucha de la independencia nacional, como uno de los miembros fundadores en lo que es el origen más remoto del Estado Mexicano: la Suprema Junta Nacional Americana, la que como dice don Ernesto Lemoine Villicaña y Moisés Guzmán Pérez “llene el hueco de la soberanía… Aquí se muestra un principio político cardinal en la configuración del génesis del Estado mexicano: el poder soberano”. Quizá, Moisés Guzmán Pérez en su excelente trabajo “La Junta de Zitácuaro, 1811-1813”, es quien mejor resume, aunque paralelamente, la actividad del zamorano: “Con base a la existencia de un poder soberano representado por la Suprema Junta, que pugnara por los principios de libertad e independencia, Ignacio López Rayón (alumno de Berduzco), José Sixto Berduzco y José María Liceaga echaron a andar la maquinaria del naciente Estado mexicano”.

Con este breve apunte, los zamoranos podemos expresar que sí tenemos aportes a las luchas que nos dieron independencia y libertad, ya veremos en próxima entrega la labor realizada por don Gildardo Magaña, en el periodo de la Revolución Mexicana al lado del General Emiliano Zapata.
Jesús Álvarez del Toro: Presidente del Consejo de la

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