La Piedad. Naturaleza bien viva, 9. Así quedó el Tepame luego del machetazo


La Peque, acompaña al huizache huérfano. Foto de Silviano

La Piedad. Naturaleza bien viva, 8. Desde el mezquite, al Cerro Grande


Foto de silviano

La Piedad. Naturaleza bien viva, 7


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ANÁLISIS A FONDO. Gómez Maza. ¿PERIODISMO O LITERATURA?


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MIE 13-04-11

FRANCISCO GÓMEZ MAZA

ANÁLISIS A FONDO: ¿PERIODISMO O LITERATURA?

 

 

Los “literatos” dañan la profesión periodística

 

Y no caben bozales disfrazados de “acuerdos”

En la Universidad Iberoamericana, una de las más influyentes instituciones de educación superior de la Compañía de Jesús, se inició el martes 12 de abril el seminario “Violencia y medios. Periodismo y redes sociales. Contra la imaginación en el periodismo”. Entre los temas que se analizan en el seminario está el “Acuerdo para la cobertura informativa de la violencia”, suscrito por cientos de medios de comunicación mexicanos el pasado 24 de marzo, bajo la batuta de Televisa.

El evento académico ocurre cuando en México se radicaliza la violencia de la guerra del narcotráfico; en momentos en que las autoridades policiales y militares dan a conocer un hallazgo realmente macabro (El segundo. En el primero, en el mismo sitio, hallaron 72 cadáveres de migrantes centro y sudamericanos): 116 cadáveres, en varias fosas del municipio de San Fernando, en el meridional estado mexicano de Tamaulipas; ocurre cuando en el estado vecino, California, incluso el gobernador Jerry Brown reconoce que posee tres armas, pero se debate el asunto por la preocupación que provoca la violencia; y, por primera vez en la guerra contra el narcotráfico, el gobierno de Estados Unidos advierte a sus empleados y ciudadanos, desde su consulado en Monterrey, de que podrían ser blanco de las bandas de narcotraficantes en tres estados mexicanos: Tamaulipas, Nuevo León y San Luis Potosí

Es tanta la desazón que produce esta guerra, porque la confrontación entre bandas criminales, y entre éstas y las fuerzas policiales y militares es prácticamente una guerra, que a veces dan ganas de voltear los ojos, cerrar los oídos y cubrirse las narices y no seguir viendo, ni escuchando, ni oliendo la muerte, las balas y la sangre. Sin embargo, como lo diría el colega español Arcadi Espadas en el debate “Cuánta literatura cabe en el periodismo”, en el contexto del seminario de la Ibero, un buen periodista debe conocer las cifras y nombres de asesinados en México. Y para qué. Quién le proporcionará tales nombres si los cadáveres son irreconocibles. Pero el trabajo del reportero es conseguir los datos, dónde sea.

El sentido de la afirmación de Arcadi es profundo y sugerente. Buscar la verdad, hasta lo imposible, para darla a conocer a los lectores de los medios impresos y electrónicos (éste es el mandato del periodista, como el del sociólogo es hacer sociología y no periodismo), y no ponerse bozales encubiertos en “acuerdos”, que sólo uniforman y revelan una retirada de la obligación del periodismo: informar.

El periodismo, pues, tiene que comenzar a buscar cifras y nombres de los más de 40 mil asesinatos cometidos en México. Los ciudadanos, a presionar a las instancias correspondientes y exigir una explicación de los hechos. Si estos empeños no se dieran,  se daría “un acto de irresponsabilidad.” Para este trabajo estorban los “acuerdos de cobertura informativa. Para este trabajo, estorban los seudoperiodistas.

Hay tres circunstancias que amenazan el desarrollo del periodismo (sobre todo en estos tiempos de violencia), según Arcadi. La primera, el paradigma de la “veracidad” periodística; la segunda, querer darle un sentido y una explicación racional a los hechos; y la tercera, la cercanía técnica entre la literatura y el periodismo. Y la verdad es que, como lo considera Arcadi, la literatura le ha hecho mucho daño al periodismo, porque “muchas personas se han convertido en periodistas cuando en realidad quieren ser escritores.” Éstos son la rémora del periodismo. El periodismo es una profesión, como la del abogado, como la del médico, como la del sociólogo… Se estudia. Se aprenden técnicas de investigación. Se aprende cómo abordar a las “fuentes” de la información. Y aunque usted no me crea, cómo “robarse” la información… Se presentan exámenes. Se adquiere un título y, sobre todo, se hace productiva, en la praxis. Sobre todo en la praxis porque lo que da la escuela es teoría pura. Y vaya el daño que le han hecho los seudoperiodistas a la profesión del periodismo.

Ha habido muchos muertos en las filas del periodismo en esta guerra. Pero esos cadáveres son de auténticos periodistas, de reporteros. Los aspirantes a escritores, que confunden el periodismo con la literatura, no se embarran de lodo ni de sangre los zapatos. Escriben de lejos, comentan de lejos, “analizan” de lejos. En el escritorio. Pero jamás cogen una libreta y un lápiz, o una grabadora y una cámara fotográfica, o una cámara de video, ni tienden redes de informantes al estilo de “garganta profunda” para confirmar la veracidad o la mendacidad de la información… Y esto sí lo hacen los reporteros. Y más lo hicieron los que fueron asesinados…

Cuánta literatura, pues, cabe en el periodismo. Ninguna. La medicina para los médicos; las ecuaciones para los ingenieros; la literatura para los literatos, novelistas, ensayistas, poetas (y estos no deben autoengañarse: lo que quieren no es ser periodistas, sino escritores)… Y mientras tanto, la violencia del narcotráfico tiene que ser una materia prima para el periodismo con los riesgos de vida que conlleva. Si no, cómo van a estar informados los que quieren saber.

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Francisco Gómez Maza
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La Piedad. Naturaleza bien viva, 6


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La Piedad. Naturaleza bien viva, 5. El joven mezquite, en su pedestal


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La Piedad. Naturaleza bien viva, 4


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José Comblin: un desafío a la intelectualidad académica. Leonardo Boff


Professor Leonardo Boff

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(Tomado de Servicios Koinonía. Columna Semanal de Leonardo Boff)

José Comblin: un desafío a la intelectualidad académica

2011-04-15


El día 27 de marzo murió a los 88 años de edad cerca de Salvador (Bahía) el teólogo de la liberación José Comblin. Belga de nacimiento, optó por trabajar en América Latina, pues se daba cuenta de que el cristianismo europeo era crepuscular y veía en nuestro subcontinente espacio para la creatividad y para un nuevo ensayo de la fe cristiana articulada con la cultura popular. Él encarnaba el nuevo modo de hacer teología, inaugurado por la Teología de la Liberación, que es tener un pie en la miseria y otro en la academia. O dicho de otro modo: articular el grito del oprimido con la fe libertadora del mensaje de Jesús, partiendo siempre de la realidad contradictoria y no de doctrinas, y buscar colectivamente una salida liberadora a partir del pueblo.

Vivió pobre y desposeído en el nordeste brasilero. E incluso allí, donde se supone no hay condiciones para una producción intelectual de alto nivel, escribió decenas de libros, muchos de ellos de gran erudición. Lógicamente aprovechaba las temporadas que pasaba en su universidad de origen, la de Lovaina, para reciclarse. Así escribió uno de los mejores libros sobre la Ideología de la Seguridad Nacional, dos volúmenes sobre la Teología de la Revolución, un detallado estudio sobre el Neoliberalismo: la ideología dominante en el cambio de siglo. Y decenas de libros teológicos, exegéticos y de espiritualidad, entre los cuales destaco: Tiempo de Acción, Cristianos rumbo al siglo XXI y Vocación para la Libertad. Fue asesor de Dom Helder Câmara en su lucha por los pobres y de don Leonidas Proaño, obispo de los indios en Riobamba (Ecuador).

Debido a sus ideas, fue expulsado de Brasil por los militares en 1972. Fue a trabajar a Chile de donde también lo expulsaron los militares en 1980. De regreso a Brasil, se dedicó a dar cuerpo a su profunda convicción: que el nuevo cristianismo en Brasil deberá nacer de la fe del pueblo. Creó varias iniciativas de evangelización popular conocidas bajo el nombre de Teología de la Azada. Se inspiró en el Padre Ibiapina y en el Padre Cícero, los grandes misioneros del Nordeste, que más que administrar sacramentos y fortalecer la institución eclesiástica ejercían la pastoral del consejo y de la consolación de los oprimidos, cosas ambas que son las que éstos más buscan.

Es uno de los mejores representantes del nuevo tipo de intelectual que caracteriza a los teólogos da liberación y a los agentes de pastoral que están en esta caminada: realizar el intercambio de saberes, es decir, tomar en serio el saber popular, «hecho de experiencias», empapado de sangre y sudor, pero rico en sabiduría, y articularlo con el saber académico, crítico y comprometido con las transformaciones sociales. Este intercambio enriquece a unos y a otros. El intelectual pasa al pueblo un saber que lo ayuda a avanzar y el pueblo obliga al intelectual a pensar los problemas candentes y a enraizarse en el proceso histórico. La inteligencia académica tiene una deuda social enorme con los pobres y marginados. Las universidades son en gran parte macroaparatos de reproducción de la sociedad que se caracteriza por desigualdades y fábricas formadoras de cuadros para el funcionamiento del sistema imperante. Pero se les debe reconocer, no obstante sus límites, el hecho de que fueron y son laboratorio del pensamiento contestatario y libertario.

Pero todavía no ha habido un encuentro profundo entre la universidad y la sociedad, haciendo una alianza entre la inteligencia académica y la miseria popular. Son mundos que caminan paralelos y no son las extensiones universitarias las que cubrirán el foso que las separa. Tiene que darse un verdadero intercambio de saberes y de experiencias. Ignorante es quien imagina que el pueblo es ignorante. El pueblo sabe mucho y descubrió mil formas de vivir y sobrevivir en una sociedad que le es adversa.

Si hay algún mérito en los teólogos de la liberación (que existen aquí y en todo el mundo, Roma no consiguió exterminarlos) es haber realizado esa unión. Por eso no se puede pensar en un teólogo de la liberación si no es metido en los dos mundos, para desde esa unión intentar gestar una sociedad más igualitaria que, dicho en dialecto cristiano, tenga más bienes del Reino que son justicia, dignidad, derecho, solidaridad, compasión y amor.

El Padre José Comblin nos dejó el ejemplo y el desafío.

Leonardo Boff

La Piedad. Naturaleza bien viva, 3


Foto de Silviano

La Piedad. Naturaleza bien viva, 2. El cielo a través del mezquite


Foto de silviano